Las muertes por malaria en el mundo podrían reducirse casi a cero, y los casos de infección bajar en 75 por ciento en la próxima década, afirma un informe.
‘Una década de asociaciones y resultados’, publicado por la Alianza para Hacer Retroceder la Malaria (RBM, por su sigla en inglés) la semana pasada (12 de setiembre), señaló que estos objetivos se pueden alcanzar si se mantiene el progreso hecho en el combate de la enfermedad en los últimos diez años.
El objetivo ha sido adoptado por los socios de la RBM —más de 500 de ellos— incluyendo países donde la malaria es endémica, sector privado, organizaciones no gubernamentales e instituciones académicas.
Un aumento de 10 veces en los fondos para combatir la malaria en los últimos 10 años ha reducido a la mitad de los casos y las muertes por malaria en 43 países. Once de ellos están en África subsahariana, donde se estima que se han evitado 1,1 millón de muertes infantiles relacionadas con la malaria.
“Estamos a años luz de donde estábamos hace 10 años”, dijo Awa Marie Coll-Seck, directora ejecutiva de RBM. El informe atribuye ese éxito a la colaboración mundial —con las naciones africanas jugando un papel fundamental— y a la disponibilidad de nuevas herramientas para combatir la enfermedad.
El informe destaca las terapias combinadas con artemisinina (TCA), las mejores técnicas de diagnóstico, y un mayor uso de insecticidas para la fumigación de mosquiteros e interiores. La prevalencia de mosquiteros tratados con insecticidas, que a menudo se otorgan de forma gratuita, ha crecido de alrededor de dos por ciento de los hogares hasta 80 por ciento en algunas regiones.
Pero el informe llega en medio de la creciente preocupación por la cada vez mayor resistencia del parásito de la malaria a la artemisinina, y de los mosquitos a los insecticidas.
Un estudio reciente vinculó el aumento de los casos de la enfermedad en una localidad con la disminución de la eficacia de los mosquiteros tratados con insecticidas, mientras otro informe detectó resistencia a los TCA en el Sudeste asiático.
Entre tanto, la OMS está tan preocupada por la resistencia a la artemisinina, la piedra angular de la terapia, que ha emitido un plan de acción urgente para combatirla.
Pierre Druilhe, del Laboratorio de Desarrollo de Vacunas contra la Malaria, del Instituto Pasteur de Francia, dijo que las afirmaciones del informe podrían ser irreales.
“Afirmar que la eliminación ocurriría en 10 años no tiene sentido con la resistencia en aumento”, dijo a SciDev.Net.
“En conjunto, RBM está haciendo un buen trabajo, pero hacer afirmaciones como estas es peligroso en el largo plazo”.
El informe reconoce la propagación de la resistencia, y dice que la búsqueda de nuevas drogas e insecticidas es vital si se quiere cumplir los objetivos a tiempo.
“Es una lucha contra el tiempo, pero con los recursos suficientes confío en que estaremos un paso adelante, y que las afirmaciones del informe son una posibilidad real”, dijo Thomas Eisele, profesor asociado de la Escuela de Salud Pública y Medicina Tropical de la Universidad de Tulane, Estados Unidos, y colaborador del informe.
Hasta ahora, la resistencia a la artemisinina ha sido contenida en una pequeña región de Camboya y Tailandia, y se han implementado medidas rigurosas para prevenir su propagación, dijo.
Y la resistencia a los insecticidas, aunque es más preocupante, todavía está muy localizada, agregó.
El informe fue respaldado por la Fundación Bill y Melinda Gates, que también fue responsable del financiamiento de la Agenda de Investigación para la Erradicación de la Malaria (malERA).
Jan Piotrowski
22 septiembre 2011