El número de diferentes tipos de plagas que destruyen las cosechas en el mundo en desarrollo podría ser muy superior a lo que se conoce, lo que estaría contribuyendo aún más a mermar las cosechas en países que son grandes productores de alimentos, dicen investigadores.
Alrededor de 200 plagas y patógenos por país no aparecen en el radar de los investigadores y tomadores de decisión de las naciones en desarrollo porque éstas carecen de la capacidad técnica para detectarlos.
“Es probable que países muy productivos como Brasil, China, India, Indonesia y las Filipinas alberguen cientos de plagas más que las que se conocen hoy”, dice el estudio publicado en New Phytologist el mes pasado (11 de febrero).
Añade que las plagas y los patógenos son una importante amenaza para la seguridad alimentaria mundial ya que destruyen alrededor de una sexta parte de la producción agrícola anual mundial.
El grupo de investigadores usó un modelo estadístico para relacionar la distribución conocida de alrededor de dos mil plagas agrícolas en 195 países a factores físicos y socioeconómicos tales como la producción agrícola, el clima y el gasto en investigación y desarrollo (I+D).
Usaron el modelo para estimar cuántas plagas habría si todos los países tuvieran el mismo PIB (Producto Interno Bruto) y gasto en I+D que los Estados Unidos. La diferencia entre este resultado y el número de plagas ya identificadas les indicó cuántas plagas quedarían sin detectar: un promedio de alrededor de 205 por país.
Por ejemplo, Myanmar, que produce grandes cantidades de arroz pero gasta poco en I+D, ha reportado 359 plagas.
Cuando los investigadores aplicaron su modelo a este país, calcularon que podría tener aproximadamente 723 plagas, lo que significa que se estaría detectando solo alrededor de la mitad.
“Para hacer frente a las plagas y patógenos necesitamos saber dónde están. Nuestro estudio sugiere que se necesita más inversión en los países en desarrollo para contribuir a identificarlos”, dice a SciDev.Net el autor principal del estudio, Daniel Bebber, de la Universidad de Exeter, Reino Unido.
Esto es relevante en el caso de los microorganismos, cuya identificación requiere una capacidad tecnológica mayor a la necesaria para plagas de mayor tamaño como insectos, dicen los investigadores.
Jan Breithaupt, oficial de agricultura de la división de pestes y manejo de pesticidas de la Organización de Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación, comenta que el estudio subraya la importancia de tener instalaciones y conocimiento técnico “para prevenir el daño a las cosechas y manejar las plagas proactivamente, especialmente en los países en desarrollo”.
Añade que el conocimiento de los agricultores locales sobre su propio medio –raramente incluido en estudios de detección de plagas– debería tomarse en cuenta.
También advierte que el cambio climático probablemente empeorará la situación, ya que aumentará el número de plagas que perjudican a las cosechas.
Francisco Morales, basado en el Centro Internacional de Agricultura Tropical (CIAT) en Colombia, concuerda con que en América Latina una mayor inversión en investigación aumentaría la capacidad de detectar e identificar plagas.
Pero señala la necesidad de reforzar las medidas de cuarentena que deben cumplir los productos agrícolas importados.
Enlace al estudio completo en New Phytologist
Referencias
New Phytologist doi: 10.1111/nph.12722 (2014)
Maria Elena Hurtado
SciDev.Net