Cuando se produce un cambio de era, un giro de perspectiva, las percepciones se distorsionan, el pensamiento se modifica.
Mientras esto sucede, los seres humanos viven en una contradicción permanente entre los conceptos antiguos y los modernos.
Algunos, ante tal contradicción, deciden modificar toda su personalidad para adecuarla a esos conceptos modernos. Otros, en cambio, deciden permanecer en los pasados por encontrar los modernos demasiado descabellados. Ambos rechazan lo opuesto.
Ahora es uno de esos momentos. Principalmente para muchos paÃses que vivÃan oprimidos bajo la amenaza incesante del miedo imprimido por una religión. Lo más curioso de ello es lo extremo de ambos conceptos que confluyen en una confrontación, y que provocan en los que se encuentran en esa etapa más de una de neurosis seguida de una gran inestabilidad.
Como ha sucedido en innumerables momentos a lo largo de la historia de la humanidad, estos puntos de inflexión han sido identificativos de grandes tensiones, de grandes conflictos, de instantes arrebatadores. Pero, posteriormente, la percepción colectiva del ser humano se ha abierto, en todas las ocasiones, hacia una nueva identidad.
PodrÃamos decir que la sensibilidad del hombre con respecto a su entorno se ha incrementado en cada uno de ellos, pero para conseguirlo hemos tenido que llegar a ver las más profundas barbaries que el ser humano es capaz de concebir en su creativa mente.
Si analizamos el momento en el que nos encontramos con profundidad, nos daremos cuenta que es muy similar a uno de esos hitos históricos donde una cultura arrolla todas las demás debido a su poder. En este caso, obviamente, hablando de la cultura norteamericana, podrÃamos encontrar tremendas analogÃas con el Imperio Romano en su expansión y desarrollo. Un ejemplo de ello serÃa cómo el idioma, poco a poco, ha sido adoptado como cultismo por la gran mayorÃa de las demás culturas del planeta; como siglos atrás pasara con el LatÃn.
Lo más curioso de ello es que el método invasivo norteamericano, mucho más inteligente, y en teorÃa, menos violento que los imperios anteriores no es la principal razón de su expansión, sino lo atractivo de su propia identidad cultural, reflejo inexorable de la mezcolanza racial canalizada en una misma área geográfica.
PodrÃamos tomar un término del propio lenguaje anglosajón para definir lo atractivo de una nueva cultura con una personalidad arrolladora: «Cool». Fresco, novedoso.
Y es que cada cierto tiempo, todos los conceptos imperantes en el conjunto de la sociedad humana se quedan obsoletos. PodrÃamos decir que nos aburrimos de los mismos, por una parte. Por otra podrÃamos decir que el progreso en la capacidad racional y emocional del ser humano produce ese modificado diccionario.
Por este motivo se produce el conflicto entre los que no son capaces de asimilar esos nuevos conceptos y los considerados «progresistas». Tanto unos como los otros son tremendamente necesarios para conseguir el equilibrio y no desestimar completamente la importancia de algunos de los pasados conceptos, los cuales llevan implÃcitos la verdadera esencia del origen de las sociedades humanas.
Un verdadero punto de inflexión en la historia de la humanidad serÃa la asimilación, por parte de los dos grupos, de la importancia de ambos en el proceso de evolución del ser humano; Basado, como prácticamente todos los procesos cognitivos de los seres vivos en el sistema prueba-error.
Quizá, nos encontremos en ese momento y podamos evitar la tremenda neurosis que produce no entender a tu entorno; Evitando asà el tan tormentoso sufrimiento fÃsico y emocional, consecuencia inevitable del mismo.
Sin duda, poseemos el conocimiento necesario para conseguirlo.