Nos lo ha recordado perfectamente un viejo y experimentado periodista y habitual comentarista, en su columna de ABC, del 28-04-2010 y que ha titulado: “Franquismo hasta en la sopa” y lo firma José María Carrascal. Y lo hace con ese aplomo o seguridad de un hombre viejo ya, pero con la lucidez máxima que sólo da la experiencia de haber vivido la vida y el no engañarse a sí mismo cuando se opina; cosa esta muy escasa en esta pancista España, donde se nos quiere convencer de que “los burros vuelan”; y no, la verdad se abre camino y se debe decir en vida, como este hombre y algunos otros nos atrevemos a decirla, sin complejos, sin miedos y sabiendo que con ello orientamos a tanto desorientado hoy… “incluidos los pancistas”.
Estos inútiles que nos han arruinado, como no tienen justificación para todo el mal que han hecho a España y los españoles, tienen que buscar culpables y los buscan en los opuestos, los que dicen de derechas (en caso contrario dirían que los de izquierdas). El inteligente sabe que hoy no hay ni izquierdas ni derechas, TODOS SON DE PANZA Y BOLSILLO e inútiles de similar forma, si bien los de las huestes de Aznar, fueron mejores administradores de la cosa pública, lo que no quiere decir que fueran buenos, ni mucho menos. Puesto que pudieron arreglar muchas más cosas y consolidar una democracia verdadera y no este potaje hediondo y que es debido a ambos bandos, que a lo que aspiran es a una dictadura, puesto que ello es lo que practican.
El Franquismo sigue vivo, pero vivo en las propias organizaciones que se dicen demócratas. No sabemos quienes nos representan (como con Franco); los sindicatos son igual que los de Franco (los pagan nuestros impuestos). Las centrales empresariales son lo mismo que los anteriores; ni unos representan al obrero ni los otros al empresario; ambas partes se representan a sí mismos y defienden “lo que los nutre y mantiene”. Los candidatos “se amasan” en la trastienda y en secreto, o sea lo mismo que con Franco.
Los diputados son como los de Franco, votan lo que dice el jefe, ¿recuerda alguien en los 35 años transcurridos, alguno que en el parlamente haya sacado los pies del tiesto y hablado libremente?. En los partidos manda una dictadura (lo mismo que con Franco) y aquel “que se mueve” no sale en la foto, que aunque lo acuñara Alfonso Guerra González (que sigue viviendo opíparamente de la política)… igual lo hacen en el resto de partidos, donde la democracia no existe y menos la libertad de opinión; por tanto el que se mueve no es que no sale en la foto, es que lo “funden” y lo echan al averno, que está más lejos que el ostracismo.
Los principales jueces y fiscales, los nombra la política, o sea lo mismo que hacía Franco o los franquistas.
La libertad de expresión está vigilada y controlada y si hay algunos lugares donde se puede emplear, son mínimos y apartados “de la masa” todo cuanto se puede. Se sigue (igual que con Franco) entreteniendo “a la plebe” con cantidades masivas de eso que se dice deporte (que no lo es) y sobre todo, del embrutecedor fútbol.
Lo mismo que en la peor época de Franco, han llegado a existir grandes masas de “pobres”, que han de ir a los comedores de caridad, a los “bancos” de alimentos, a las puertas de las grandes superficies o supermercados, a recoger lo que se tira por cuanto ya no es apto para el consumo y de allí come mucha gente, incluso de alimentos ya pasados de fecha de caducidad. ¿Recuerdan los comedores de “Auxilio Social”?
El paro es inmenso como lo era en los malos tiempos de Franco (en los buenos hubo trabajo para todo el que quiso trabajar y sin irse a la emigración) y sin perspectiva de encontrarlo en los varios años venideros, puesto que ya se asegura que hasta 2016 no se creará empleo.
Como en los peores años de Franco, la gente se apiña en pisos y viviendas; y muchos han vuelto al seno paterno (si es que han logrado salir del mismo) para vivir de los recursos familiares en una unión familiar para simplemente subsistir.
Como en aquellos tiempos malos, una vivienda digna ya no está al alcance de todos, si no de minorías. Contrariamente en los buenos tiempos del dictador, era fácil lograr una vivienda digna, simplemente trabajando el cabeza de familia y ahorrando en la casa con su buena administración, el ama de casa, que de paso cuidaba a la prole. Prole que hoy anda suelta e incontrolada y mejor no decir más de esa desorientada juventud botellonera, alcoholizada o drogada y “emborrachada” de “luces de bengala”.
Sí… no hay que tratar de resucitar “lo de Franco”; muchas cosas han vuelto y no precisamente por que el dictador haya vuelto, murió y acabó su ciclo, pero estos inútiles no paran de recordarlo tratando de hacerlo en su beneficio, pero la realidad es otra muy diferente y a lo que en este escrito se dice y se cita, me remito.
Finalmente decir que al menos, con Franco pagábamos unos mínimos impuestos y manteníamos un número infinitamente menor de parásitos de todo tipo y que dejo al lector los busque con su inteligencia.
Antonio García Fuentes
(Escritor y filósofo)
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