El político en general y sálvese el que pueda, huye de la verdad, le teme a la verdad y por tanto siempre está montado en la mentira o en lo que se viene denominando “verdades a medias”. No es nada nuevo, de siempre se ha gobernado con la mentira (FranÁ§ois Revel, en su libro “El conocimiento inútil”).
Así, siempre están con la cantinela o queja de que “ganan poco” o que se les paga poco, pues ganar es una cosa y que se les pague por el cargo es otra muy diferente; puesto que trabajar, lo que se dice trabajar y que es por lo que se suele cobrar un salario; los políticos no se destacan en ello… y destacan en este fraude laboral, los que se denominan “padres de la patria” (qué sarcasmo) los que entre unas cosas y otras; en España, están medio año de vacaciones o más. Y cuando “van a trabajar” a los parlamentos; normalmente ya está todo “cocido y amasado” y su trabajo es apretar el botón que les ordena el jefe, para que en la pantalla electrónica aparezca, el sí, el no, o la abstención ordenada. En España no parlamenta nadie, salvo el designado porta voz que el jefe y con el dedo dictatorial señalara para hacer pública… “la voz de su amo”.
Cuando públicamente ellos hablan de lo que cobran dicen escuetamente que hoy el sueldo mensual de un diputado nacional asciende a 3.126 euros y que por catorce pagas anuales suman 43.764; lo que no está mal para un país donde un pensionista que ha trabajado o cotizado cuarenta años, está cobrando ahora unos 630 euros mensuales y que son la mayoría, si bien los hay que aún cobran mucho menos.
¿Pero dicen la verdad estos parlamentarios “apretabotones”? No: veamos.
«Un diputado gana limpios 3,126 euros. Los miembros de la Mesa salen por más de 20 millones de las antiguas pesetas(algo más de 120.000 euros) anuales. A la asignación mensual, los diputados de fuera de Madrid suman 1.823euros y los de Madrid, 870 euros. Los portavoces de grupo cuentan con 1.978 euros para gastos de representación 1.052 euros para gastos de libre disposición. Los portavoces adjuntos de los grupos reciben 1.978 euros para gastos de representación y 1.052 euros para gastos de libre disposición. Los presidentes de comisión cuentan con 1.590 euros para gastos de representación. Los vicepresidente de comisión, 1.162 euros para gastos de representación. Los secretarios de comisión, 775 euros para gastos de representación. Los portavoces de comisión, 1.162 euros para gastos de representación. Los portavoces adjuntos, 775 euros para gastos de representación. Además, tiene gratis el servicio público de avión, tren, automóvil y barco por todo el territorio nacional. Reciben 0,25 euros por kilómetro recorrido en su coche particular y 250 euros en una tarjeta monedero para taxis por Madrid. Cuando viajan, tiene una dieta de 120 euros al día en España y 150 euros en el extranjero. Y teléfono móvil, ordenador portátil y ADSL gratis en casa».
Datos elaborados por la periodista Esther López Palomera y que publica Periodista Digital el 11-02-2010 y ha difundido la cadena de radio COPE en entrevista a la mencionada).
Cualquier curioso que agarre bolígrafo, papel y calculadora y vaya sumando conceptos y obtendrá unos resultados tan apetecibles, que es por lo que hay “bofetadas” para ir los primeros en esas listas que nos obligan a votar y en las cuales y por mal que vaya la votación, los tres o cuatro primeros siempre tienen “la olla segura y bien nutrida de apetitosos alimentos”.
Pero como España (ocurrirá igualmente en otros países) es “la tierra de los chanchullos”; hemos de pensar que aparte de la paga que cobran y todas las gabelas y prebendas que luego van a atesorar por sus jubilaciones principescas (sólo con estar en el parlamento siete años ya se aseguran la máxima pensión oficial que rija cuando se jubilen)… pensemos igualmente en las relaciones y accesos que estos individuos tienen a negocios paralelos y que en muchos casos (aunque sean legales: lo ilegal quedará en el secreto mejor guardado) serán infinitamente mucho más rentable “que lo oficial”.
Así, estos “asalariados” son dóciles trabajadores para el partido y los ha habido (aún vivito y coleando) que en ausencia de un compañero de partido y a la hora de votar, no llegando con la mano al botón “compañeril”, votó o intentó votar con la pierna y con el borde del zapato… “al partido se le da todo… al pueblo… lo que quede”.