Además de tener un carácter altruista y solidario, el voluntariado social tiene otras características fundamentales que lo distinguen de otras ‘buenas’ obras».
En España, el concepto de voluntariado social queda definido en su concepto legal como «las actividades de interés general, desarrolladas por personas físicas, siempre que las mismas no se realicen en virtud de una relación laboral, funcionarial, mercantil o cualquier otra retribuida».
La Ley también recoge el carácter altruista y solidario del voluntariado social. Su realización es libre, sin que tengan su causa en una obligación personal o deber jurídico; se lleva a cabo sin contraprestación económica y sin perjuicio del derecho al reembolso de los gastos que el desempeño de la actividad voluntaria ocasione; se desarrolla a través de organizaciones privadas o públicas y con arreglo a programas o proyectos concretos.
Del mismo modo, la Ley señala que «quedan excluidas las actuaciones voluntarias aisladas, esporádicas o prestadas al margen de organizaciones públicas o privadas sin ánimo de lucro, ejecutadas por razones familiares, de amistad o buena vecindad».
Para completar este concepto, añadiremos lo que se refleja también en la Exposición de motivos la misma ley: «queda superado el concepto restringido de voluntariado, asimilado con frecuencia a lo puramente asistencial, para dar cabida también al resto de ámbitos en los que la participación ciudadana es igualmente valiosa». De ahí deducimos la vocación transformadora del voluntariado y la actitud de búsqueda de justicia social y de las causas de los problemas que alimentan todo ese conjunto de acciones voluntarias.
Sin esa vocación, la acción voluntaria queda reducida a una relación asistencial, benéfica, paternalista y sin un planteamiento estructural a la hora de resolver los problemas sociales.
Entre otros objetivos, el voluntariado social busca luchar contra toda forma de opresión, discriminación y marginación por causa de raza, sexo, creencias, cultura, situación económica, edad, ideas políticas o antecedentes penales. Se hace por medio de proyectos de Solidaridad dentro de alguna Organización humanitaria de experiencia contrastada. Para ello es preciso informarse adecuadamente, formarse como es debido y comprometerse en un servicio concreto.
Nosotros, los voluntarios, hemos de animarnos, cada vez que nos sea posible, a enfrentarnos y denunciar conductas y planteamientos discriminatorios de cualquier clase que sean y dondequiera que los encontremos.
J. C. Gª Fajardo
SOLIDARIOS para el Desarrollo