En el momento actual de tanta desconfianza en los polÃticos, ¿no serÃa lógico y apropiado que se pudiera elegir a otros de confianza? Sin embargo, por alguna razón no hay un clamor popular reclamando la reforma del sistema electoral.
La prensa y los medios tampoco se hacen eco. No se comenta cómo todas las condiciones que nos afectan: corrupción, espionajes, prescripción de delitos, leyes injustas, estafas bancarias, polÃticos que aparecen en empresas, sueldos astronómicos para gente que no sabe nada,  etc. todo tiene una traza que las conecta con la elección de polÃticos de confianza y por consiguiente con la reforma de sistema electoral.
¿Es que hay un pacto de silencio para no dejar comprender que la reforma del sistema electoral es un paso adelante para la solución de la mayorÃa, o todas, las cuestiones que nos afectan? Yo espero y deseo que no.
El clamor popular existe sÃ, pero es para la protesta. OÃmos decir: son corruptos, no nos representan, que dimitan, que se endurezcan las leyes; que pongan nuevas leyes más exigentes etc. Nada de eso es lo bastante efectivo. No se van a marchar mientras tengan la confianza de quienes les ponen: los partidos y las cavernas que los dirigen. Y en cuanto a las leyes, ellos mismos son los que las hacen en el Parlamento. Y no van a hacer leyes que perjudiquen a quienes les ponen en la polÃtica.
Las leyes se hacen en muchos casos a su conveniencia, con agujeros, como el queso gruyere para escaparse de ellas; incluso directamente injustas como la ley hipotecaria; o no les dan presupuesto para que no se pongan en marcha, como la ley de la dependencia; o en su caso la justicia las aplica de manera lenta para que prescriban sus delitos.
Lo más práctico y efectivo es cambiarlos a ellos, los polÃticos, con un buen sistema electoral que permita a los ciudadanos elegir polÃticos de su confianza. Es cortar por lo sano. Ahà es donde les duele y es lo que no se van a dejar…a menos que se les apriete lo suficiente.
La experiencia personal confirma lo que se comenta aquÃ: en cualquier conversación particular aparece, y la gente dice dos cosas: sà de acuerdo, pero eso es muy difÃcil y no lo dejarán. No pasa por la imaginación que una cosa asà pueda ponerse en marcha. Y sin embargo tenemos ya ejemplos de que entre todos “Sà PODEMOSâ€.
La presión popular suave pero firme es la respuesta. Y tenemos un ejemplo reciente con la recogida de firmas para la iniciativa popular para la reforma de la ley hipotecaria y el corte de los desahucios. Un millón cuatrocientas mil firmas han hecho reconsiderar al partido del gobierno y han admitido a trámite la iniciativa. (Queda por ver el trámite parlamentario. Estaremos vigilantes)
¿Qué pasarÃa si todas las protestas relacionadas con la desconfianza, el desapego hacia los polÃticos se unieran en una petición común de reforma del sistema electoral? ¿Qué pasarÃa si incluso llegaran esos deseos de reforma a las instancias europeas?  Los polÃticos quedarÃan en evidencia frente a los socios europeos y tendrÃan que hacer el ejercicio de generosidad necesario para poner el proceso en marcha.
¿Será posible que algún lÃder de opinión pueda encauzar esta necesidad de reforma del sistema electoral y encauce la presión popular necesaria para llevarla a cabo?  Esperemos que asà sea mientras hay tiempo.
Y recuerda: si quieres que esto cambie, tu firma cuenta. Por la reforma del Sistema Electoral