Por mucho que trate uno de entender a los gobiernos del mundo no logra llegar a mínimamente entenderlos; son tantos los disparates, cuando no crímenes enormes que perpetran y consienten, que abruma el tratar de penetrar en las mentes de los que desgraciadamente, para la humanidad, llegan a los centros de decisión con el poder más o menos amplio (algunos absoluto) para pode mandar las realizaciones que perpetran por ni sabemos ya que sentimientos perversos los poseen, puesto que muchos aún siguen pensando como si después de ellos, el mundo en que vivieron va a dejar de existir o si existe, debe rendirles recuerdo imperecedero por “sus grandes logros”.
El mundo y su sociedad (dicen los políticos que) avanza progresando y cada vez más; cosa que analizado a fondo es una gran mentira más de las que nos tenemos que tragar, los que no nos queda otra solución.
Si el progreso es que por ejemplo; hoy hay arsenales de armas terribles y que se emplean sin escrúpulo; llegándose ya a que aviones no tripulados y manejados con terrible eficacia, llegan a asesinar en masa a poblaciones indefensas y de no combatientes… sí que se ha progresado… ¿pero eso es progreso? Y he referido sólo ese caso por cuanto ese terrible armamento se está empleando ahora mismo y junto con otros de similar eficacia, mientras masas enormes de seres humanos no tiene ni para comer y menos para la medicina imprescindible que les libere de enfermedades endémicas. No hablemos de la educación y formación verdaderamente humanas y de las que carece toda o casi toda la humanidad. Esto no es importante para los que dicen gobernar el mundo, es mucho más importante, para ellos y sus camarillas, el contar con grandes arsenales de armas de todo tipo, puesto que con ellas se controla al pueblo (o pueblos) y toda la riqueza del mundo, que tristemente sólo sirve a minorías; ya despreciables por demás por el mal uso que de ella hacen.
Por otra parte, se gastan cantidades enormes en eventos absurdos y donde sólo se logra el que figuras, dicen que deportivas (que no lo son) luzcan sus habilidades y sean situadas en pedestales efímeros para señuelo de las masas, que inconscientemente se envenenan con estos perniciosos señuelos, de los que sólo sacan el poder desahogar sus muchas frustraciones y fracasos, que llenan con el triunfo de esos ídolos de barro que nada verdaderamente importante, aportan a la sociedad y por cosas y causas que ya he comentado muchas veces y que hoy no hago.
Igualmente se gastan cantidades enormes en crear y mantener, absurdas organizaciones nacionales e internacionales, que no son otra cosa que concentrar a gente, demasiado bien pagada para la nula utilidad de los mismos.
Destaquemos entre ellos, ese ya engendro que se denomina ONU y todas sus ramificaciones; los demás organismos internacionales y la mayoría de nacionales; todos ellos ramificaciones de la política dominante y por tanto obedientes a quién les paga, por lo que su utilidad es nula. Destaquemos que aparte de las sedes fijas, se gastan cantidades enormes en desplazamientos y asambleas itinerantes, donde nada se soluciona, sencillamente por cuanto nada interesa solucionar, salvo lo que interesa al verdadero poder que mueve todo ello.
Se construyen los modernos “templos faraónicos o pirámides”, para gloria de los nuevos faraones, de los héroes de las mil guerras (que en realidad fueron víctimas del poder de la época y por él murieron, nunca por una patria inexistente) y se les dedica todo el culto que ello requiere, manteniendo unas ceremonias y parafernalias, que cuando las ves representar mueven a la hilaridad más bochornosa, viendo a algunos personajes arrimarse allí como fieles devotos, mientras en sus lares hacen lo indecible.
El orgullo del poder y el dinero se emplea igualmente para realizar nuevas “torres de Babel”, las que iniciadas hace ochenta años, puesto que ello se inició en Nueva York (1931) con un edificio de 381 metros de altura; y el que se hizo simplemente para demostrar donde estaba el poder y el dinero… y lo que marcó una carrera que hoy y tras tantos años y haber sido voladas o derribadas, dos torres gemelas en igual ciudad y en las que fueron masacrados varios miles de “termitas humanas”; obligadas a trabajar y vivir en esos monstruos… sigue la carrera, que ya ha dado la vuelta al mundo… y ahora en la “muy desarrollada Arabia Saudí” (desarrollada en dinero en muy pocas manos se entiende) pretenden, nada más y nada menos, que… “construir el más alto edificio que jamás se pensara construir en el planeta”, puesto que el mismo pretenden que cubra los mil seiscientos metros de altura; o sea más de cuatro veces la altura “del primer monstruo norteamericano”, lo que tampoco tiene explicación humana y por cosas que dejo al lector las deduzca, puesto que en el mundo musulmán hay problemas en gran abundancia y cerca de allí donde se va a construir el nuevo “monstruo humano” fue donde nació Mahoma.
Quizá los dueños saudíes quieran erigir allí la nueva torre de Babel, en recuerdo de la otra que dicen fue construida “en las cercanías”, y cuyas alturas, según dice la Biblia, llegaban “a las nubes del cielo”… sin comentarios… hágalos usted que lee estas reflexiones y si puede no llore, ríase a mandíbula batiente, si es que puede.
Antonio García Fuentes
(Escritor y filósofo)
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