Aquello de… «cosas veredes Sancho» y que nos cuenta Don Miguel en su Quijote, era una sentencia para muchos siglos posteriores y la realidad nos lo va demostrando, por lo que no dudemos de aquella otra fantástica premonición… «las vacas vuelan o volarán». Veamos.
Aunque nos parezca absurdo, increíble, aberrante o como queramos adjetivarlo: Veamos lo que ha ocurrido:
«Madrid:- 4,6 millones de euros. Esta es la cantidad que Alberto Cortina y Alberto Alcocer reclaman al Estado por los «daños injustos» que afirman haber sufrido por el caso Urbanor. Absueltos gracias a una sentencia del Tribunal Constitucional que estimó prescritos los delitos, pero que no cuestionó que los Albertos cometieran una estafa, ambos empresarios pretenden ahora que el Estado les indemnice invocando perjuicios económicos y morales de un supuesto funcionamiento anormal de la Justicia. Los Albertos presentaron el pasado 25 de junio una demanda de responsabilidad patrimonial del Estado que cuantifica en 2.272.639 euros la indemnización correspondiente a Alcocer y 2.374.285 euros la de Cortina. Los dos empresarios fueron condenados el 14 de marzo de 2003 por la Sala Penal del Tribunal Supremo a tres años y cuatro meses de cárcel por haber estafado a los socios minoritarios de Urbanor, propietaria del solar en la madrileña plaza Castilla donde después se construyeron las torres de KIO. El Supremo declaró probado que los Albertos engañaron a los constructores San Martín y al grupo valenciano Astor para que vendieran sus participaciones en Urbanor a un precio inferior al pactado con los representantes de KIO en Londres. La diferencia la destinaron a la operación Cartera Central». (Diario El Mundo: 21-10-2009)
¿Por qué se llega a esta inexplicable situación? Pues ocurre por cuanto estos grandes capitalistas; han removido (al parecer) no como dice el dicho popular («Roma con Santiago») sino que (imagino) que movieron desde al que se dice buen amigo (no sé si de uno o de los dos) el rey (que como tal debió mandarlos a freír espárragos) hasta vete a saber que recovecos o resortes… pues y citando al clásico; «poderoso caballero es don dinero»… se zafaron de ir a la cárcel, se zafaron igualmente del tribunal supremo y lograron que el otro «más supremo», modificara alguna cláusula, norma, requisito, o lo que fuere y por ello han sido declarados «inocentes». O absueltos, por lo que podemos denominar triquiñuelas legales.
Y ahora estos «angelitos», nos reclaman, puesto que al reclamar al Estado, somos todos los españoles que pagamos impuestos los «presuntos paganos», de esos casi cinco millones de euros que nos reclaman; cosa que es como «para mondarse de risa».
La justicia en España y aparte de lo que dejara para la historia el célebre alcalde de Jerez de La Frontera, Pedro Pacheco («La justicia es un cachondeo») hoy podemos decir que es algo similar a una, especie de… «trágica goma», cuya elasticidad es tan enorme, que ampara al que puede estirarla y que por el contrario, ahoga al que no teniendo recursos tiene que aguantar el mayor encogimiento.
Y esto nos dicen que es democracia, igualdad, etc. etc. etc. No se ría que es peor, tómeselo con calma pues al final… «veremos a las vacas volar».