Ciencia

Los alienados

No hay más “loco” que el que se niega a comprender

Manicomios...

Manicomios… Foto: Frino Davide

A pesar del cierre de los manicomios establecido por ley hace 25 años, la mitad de la sociedad aún padece las secuelas de su existencia. Los enfermos mentales han dejado de  ser  los   alienados pero la ignorancia sobre ellos mantiene prejuicios del siglo pasado. Son invisibles, desconocidos, tabús materializados en seres humanos. Conforman el 9% de la población española, mientras que un 15% padecerá una de estas patologías en algún momento de su vida.

Los familiares contemplan impotentes la etiqueta social que cubre, sin saber por qué, a  su madre, su hijo, su hermana, o su padre. “Algún amigo que conocía la enfermedad de mi padre, cuando le conocían me decían  sorprendidos: ¡Uy! Pues le he visto bien. A  saber cómo  pretendían encontrárselo”, recuerda María. “Creo  que existe  una falta total de formación sobre las  enfermedades mentales.  Imaginan ‘locos’, no distinguen las  diferentes gravedades. Con  la medicación  correcta  pueden vivir  su vida con normalidad”. Su padre forma parte del 5% que tiene un empleo estable, es  un funcionario de alto rango.

Una  enfermedad mental no es sinónimo de discapacidad, peligro, o ineficacia. Como cualquier otro enfermo crónico, es medicado en función de su patología para mantener su estabilidad y salud psíquica. Pueden sufrir alguna crisis, como puede sufrirla un  enfermo cardiaco o neumológico. “Hoy, las técnicas de rehabilitación psicosocial permiten una recuperación casi total de enfermedades consideradas crónicas, como la esquizofrenia o el trastorno bipolar. El problema es que la mayoría de las personas con problemas de salud mental no se benefician de estas mejoras”, afirma el presidente de la Confederación Española de Familiares y Personas con Enfermedad Mental. El estigma social existente alrededor de ellos explica el ínfimo porcentaje de empleo estable.

La  atención mediática sobre los enfermos mentales suele ceñirse a sucesos escabrosos que los convierten en “un peligro”. Los problemas psiquiátricos pueden conllevar una pérdida del control de su mente en  determinados  momentos, ya  sea  por  falta de medicación o por la necesidad de otro tratamiento. Expertos en psiquiatría aseguran que  las  situaciones de violencia suelen ser consecuencia de una atención inadecuada. Salimos del colegio ignorando que esto es posible. Sabemos conocimientos básicos sobre,  por  ejemplo, el cáncer, la neumonía o el Síndrome de Down pero nada sobre el significado de una enfermedad psiquiátrica, cuales son los diferentes niveles y tipos, qué puede llegar a  suponer sufrirla.

El 80% de la inversión en enfermedad mental se va en ingresos hospitalarios y urgencias, cuando en los hospitales está sólo el 7% de los enfermos mentales,  según la presidenta de FEAFES Empleo. Desde la Confederación demandan más inversión en la promoción del empleo pero también en otros métodos de tratamiento. Aseguran que la atención de la mayoría de las personas con enfermedad mental se reduce a una visita de 10 minutos al psiquiatra cada tres meses y consideran necesaria una mayor atención social en los casos de enfermos de mayor gravedad. Cuando surge una crisis que requiere  atención  médica de urgencia, el enfermo, una vez estabilizado, es devuelto a la familia medicado y sin conciencia de su enfermedad, por lo que en bastantes ocasiones abandonan la medicación y  el proceso se vuelve a repetir. Es el denominado “síndrome de la puerta giratoria”.

María pide que esta enfermedad se trate como lo que es, una enfermedad. Trata de evitar cualquier referencia a parecer vulnerable –no pide lástima, desea comprensión- pero es consciente de  que, como cualquier patología que afecta a un ser querido, la mental también es difícil para sus familiares. Mucho. Adquisición de responsabilidades extras, explicaciones difíciles a gente cercana sumadas al  miedo de que las buenas intenciones de la persona que escucha no sean suficientes para comprender su realidad. Eso sí, orgullosa de que su  ejemplo sea paradigma para ellos. Una luz hacia la comprensión de  los que están  a su alrededor.

“Es un tema aparatoso. El hecho de que sea un tabú social mantiene los prejuicios incluso de personas del mundo de la sanidad: piensan que están ‘locos’, no les entra en la cabeza que, como cualquier otra enfermedad, la solución reside en la medicación y en la terapia”. No hay más ‘loco’ que el que se niega a comprender.

Gabriela Sánchez Iglesias

Periodista

Sobre el Autor

Jordi Sierra Marquez

Comunicador y periodista 2.0 - Experto en #MarketingDigital y #MarcaPersonal / Licenciado en periodismo por la UCM y con un master en comunicación multimedia.