EL CRISOL – Pascual Mogica Costa
Un estudio de la Federación de Trabajadores de la Enseñanza de UGT (FETE-UGT) pone de manifiesto que el número total de barracones donde más de 20.000 alumnos retomarán sus estudios en el curso inmediato, se eleva a la cifra de 900.
Antes de continuar quiero aclarar que a través del título de este comentario no intento parodiar el contenido del libro “La cabaña del Tío Tom” de Harriet Beecher Stowe, y el argumento, muy distinto al del célebre libro, así lo demuestra. El título en cuestión viene a ser un compendio del irracional uso de los barracones-escuela con el título de “Tío Paco” con que una congregación gitana distinguió recientemente a Francesc Camps.
Visto como se va desarrollando la cosa es muy posible que en un futuro no muy lejano tengamos colegios formados al completo por barracones de chapa, de hecho ya los hay, y con patios de recreo en los que los alumnos disfrutarán de la sombra que les puedan proporcionar los árboles fabricados con productos sintéticos, plástico y otros materiales similares, y como la superficie de los patios será muy reducida, vamos camino del mini-colegio, se instalarán cintas andadoras en las cuales los alumnos podrán correr. Los tradicionales “partidos de fútbol de patio de colegio” serán sustituidos por mesas de futbolín de esta forma se podrá conservar esa actividad deportiva tan propia de los patios de colegio. Los comedores escolares también desaparecerán y a los niños se les suministrarán raciones de astronauta y alguna que otra barrita o chocolatina con un alto rendimiento nutricional.
Estoy intentando tomar un tanto a broma esto de “las barracones del Tío Paco” porque si lo tomo por la parte seria, la que realmente corresponde, los culpables de que entrado el siglo XXI tengamos esta situación tercermundista en la Comunidad Valenciana no iban a salir muy favorecidos en el retrato que de ellos haría. Es vergonzoso que recientemente el Consell comandado por Camps, se haya comprometido con Ecclestone, el de la Fórmula 1, a pagarle noventa millones de euros en los próximos cinco años para que esta prueba pueda seguir desarrollándose en Valencia. Es de verdaderos impresentables el que la Generalitat Valenciana haya avalado a Bancaja un préstamos de 74 millones de euros que esta entidad ha concedido al Valencia CF. Si la Generalitat Valenciana tiene solvencia para avalar esas cantidades, esa misma solvencia debería servirles para concertar préstamos a fin de construir colegios para desterrar esta situación calamitosa e indigna para más de 20.000 alumnos. He citado estos dos puntos en concreto pero podría citar otros muchos más que pondrían de manifiesto que el endeudamiento brutal que está apretándole la soga al cuello a la Generalitat es causa y efecto de la política manirrota de Camps que solo gasta en fastos y en cochecitos y barcos.
En 2004 el Consell de Camps, anunció a bombo y platillo el programa “Creaescuela” donde se comprometían a construir 356 centros escolares. Cinco años han transcurrido ya y la horrible imagen de los “barracones del Tío Paco” “adorna” los barrios de nuestros pueblos y ciudades. De vergÁ¼enza.