La miseria ha vuelto a España
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           Existieron en España, tras la devastadora guerra civil (1930-1940 y no como nos dicen 1936-1939) cuyos efectos duraron treinta años en mi paÃs, ya que aquà cuando de verdad se pudo vivir bastante bien, fue a partir de 1960; pero antes la mayorÃa del pueblo español, pasó un perÃodo de penurias largÃsimo y bastante equiparable al que la Biblia dice del pueblo judÃo y “sus cuarenta años en el desiertoâ€. Soy testigo de gran parte de ese terrible “éxodo de un pueblo que no pudo huir hacia ninguna parteâ€.
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           Fueron épocas terribles puesto que no habÃa casi de nada para el pobre o el bracero que vivÃa “de sus brazos y las periódicas cosechas agrÃcolasâ€, que en mi tierra (AndalucÃa) se componÃan de dos anuales y poco más; las de la recogida de la aceituna y la de la recolección de los cereales; por lo que hambres hubo hasta para morir de ellas.
           Recuerdo ver siendo yo niño, en la ciudad donde nacà y vivo, aquellos muy escasos comedores de “auxilio socialâ€; abiertos y mantenidos por el partido (único) del gobierno y tutelados por La Falange de José Antonio Primo de Rivera (alguna de sus ramas) y donde se daba de comer a muy poca gente, a pesar de que eran mantenidos por el dinero oficial o público. Y he dicho pocos, por cuanto en la mayorÃa de poblaciones o pueblos de España, no habÃa nada, absolutamente nada… “salvo lo que algún buen cura, podÃa apañar para dar alguna que otra limosnaâ€; excepción que marcaba la regla en aquellas espantosas miserias, que solo las saben los que las vivimos en su mayor intensidad o tan cercanos a ellas, que estuvimos dentro de aquella inmensidad de desamparados.
           También en mi ciudad, existÃa otra (única) asistencia alimentaria para niños pequeños o incluso lactantes; fue la denominada “Gota de lecheâ€, que atendÃan unas monjas de aquellas de enorme toca blanca y que atendÃan los hospitales (de la caridad, creo que se denominaban)… éstas daban algo (no llegaba a todos) de leche y alimentos para esa muy desnutrida generación o generaciones; lo que igualmente provenÃa del dinero público, creo recordar que canalizado por la Diputación Provincial.
           La estampa a las puertas de estos centros, era triste o desesperada; gentes vestidas más con harapos que otros vestidos y con caras macilentas o demacradas en demasÃa, por las enormes carencias que de todo sufrÃamos… baste decir que la mayorÃa de habitáculos (no me atrevo a decir hogares) ni tenÃan agua corriente y menos servicios sanitarios; muchas veces resumidos en un retrete o pozo ciego, donde hacÃamos nuestras necesidades varias docenas de habitantes de aquellas medio derruidas casas, viejas “como el tiempoâ€; son estampas que no se olvidan a un ser humano, mÃnimamente sensible, si mil años viviera.
           Afortunadamente todo aquello pasó y aún en el largo perÃodo franquista, muchos pasamos de aquellas situaciones, a tener vivienda propia y dotada con todo lo necesario, incluso con coche en la puerta, vacaciones “pagadas†y muchas cosas más. Para ello el dictador nos hizo trabajar a muchos, cuasi como esclavos, pero era lo que habÃa… “también los ricos paÃses europeos tuvieron que trabajar sin contemplaciones para reconstruir sus lares y los que más, los alemanes para reconstruir la arrasada Alemaniaâ€.
           La verdad es que cuando muere Franco, nos deja bastante ricos y acomodados y sin mucho que envidiar a esa otra y dicen que rica Europa; y nos creÃmos (ilusos) que aquellos tiempos no volverÃan más a España. Pero aquella riqueza, la han malgastado los actuales “progresistas†y han vuelto aquellos comedores y aquellas miserias, si bien hoy esos comedores los mantienen, o la Iglesia Católica; u organizaciones seglares o religiosas de otro signo, pero hoy son abundantÃsimos en España. Como es abundantÃsimo el nuevo “paria†que busca alimentos gratuitos allà donde los encuentra, incluso en los contenedores de la basura… deleznable la estampa actual.
           Estampa que puedo ver cada dÃa, en una de las principales avenidas de mi ciudad, puesto que mi parroquia (Belén y San Roque) su fachada posterior da a la Avenida de Madrid y allà cada dÃa, se pueden ver grandes colas de asiduos “creyentes†que van a la parroquia, no a oÃr la misa, sino a recibir un alimento diario que allà dan al que llega y sin preguntar si es católico, agnóstico, creyente, musulmán o ateo.
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           ¿Qué decir de todo ello hoy? Yo ya lo vengo diciendo hace tiempo… los polÃticos, “angelitos viven en sus cielos y el resto les importamos… mejor no terminar el dicho… que Dios los ampare y tenga piedad de nosotrosâ€.
Antonio GarcÃa Fuentes
(Escritor y filósofo)
www.jaen.ciudad.org (allà mucho más)