No obtuvieron ni la una ni la otra
La historia es una materia peligrosa, ya se sabe.
Hace 119 años comenzaba la segunda Guerra Civil que enfrentó a los españoles de Cuba contra los sus hermanos metropolitanos. Las razones de este conflicto, extrañamente, poco interesan hoy a pesar de que las correspondencias con lo que sucede en Cataluña deberían llamar a más reflexión. Sobre todo en lo que corresponde a la manipulación de la historia por parte de los expertos de los dos bandos. Las historias oficiales de aquellos hechos nunca reflejaron los hechos tal y como ocurrieron.
No un Grito de Independencia sino cinco
Hubo -el lector lo sabe-, cinco «gritos», dos en Occidente: el de Ibarra, con Juan Gualberto Gómez y Antonio López Coloma de jefes y el de JagÁ¼ey Grande, que tuvo de líder al doctor Martín Marrero; y tres en Oriente: el de Bayate, capitaneado por el General Bartolomé Masó; el de Guantánamo, que comandó «Periquito» Pérez y el de Baire, lanzado por los hermanos Lora, Florencio Salcedo y otros cubanos.
De todos ellos, el único discutido es este último, por el marcado acento autonomista que lo preside.
Algunos historiadores afirman que ello se debió a una hábil dilación hasta lograr prepararse bien los alzados. Puede ser, pero lo real y verdadero es que el de Baire fue el único que careció del decidido matiz separatista que tuvieron los otros cuatro. Aquí verá el lector lo referente a la comisión que en nombre de los alzados en Baire visita al Gobernador Enrique Capriles y que integran los señores Lora, Escalante, Plazas y Cardet. Iban en busca de un entendimiento, y hasta se dice que solo pedían la destitución del Alcalde de Jiguaní, don Francisco Ramos.
Otro detalle a observar es lo referente a la bandera enarbolada en el levantisco poblado y la que era española, esto es, roja y gualda, atravesada en forma de X por dos franjas diagonales. La misma fue ideada por el señor Alfredo Betancourt Manduley, diputado autonomista. De ahí que, resulta interesante y esclarecedor lo publicado por los diarios de La Habana en aquellos días iniciales y la reacción en principio, que los «gritos» tuvieron.
Como se sabe, aquellos españoles olvidados hoy por la actual administración española, no obtuvieron ni una ni la otra y actualmente viven bajo un régimen dictatorial, tal vez esta historia sirva para hacer reflexionar a algunas personas.