EL CRISOL – Pascual Mogica Costa
Cuando muchas familias españolas toman su desayuno en comedores sociales, el desayuno y el resto de comidas del día, el presidente de la Conferencia Episcopal Española, Antonio María Rouco Varela, protagonizó el pasado jueves un desayuno informativo del Foro de la Nueva Sociedad en el que dio detalles de la próxima Jornada Mundial de la Juventud (JMJ) que tendrá lugar en Madrid dentro del próximo mes de agosto y a la que asistirá el Papa, Benedicto XVI, gracias al patrocinio del erario público.
En este desayuno informativo el cardenal Rouco, se ha referido a cuestiones muy importantes de tal modo que nos ha dejado a todos sorprendidos por su moderada mesura a la hora de referirse a las cosas que hace el Gobierno que como todos sabemos no suele ser muy piadoso a la hora de enjuiciarlas. Al ser cuestionado por la situación política, los resultados de las pasadas elecciones, Rouco dijo que él no era “la persona más apropiada para hablar de este asunto”. Creo que con esta respuesta no está cumpliendo ese mandamiento que dice “no mentirás” ya que si las cosas no cambian el camino para la derogación de la Ley del Aborto, de los matrimonios homosexuales y ese empecinamiento que tiene Rouco en que los socialistas quieren acabar con la familia cristiana, todo ella, lleva camino de “arreglarse”. Pero cuando creíamos que el representante más radical de la Iglesia Católica española era Rouco Varela, resulta que no lo es, que hay más radicales que él y sin lucir el capelo cardenalicio, en este caso un cura de pueblo, Villanueva del Pardillo, el que dijo aquello que “el gobierno mata a niños y Pajín asesina ancianos” al ser interpelado Rouco por los periodistas sobre la ley de la muerte digna, Rouco respondió que no veía en ella una eutanasia encubierta. Yo la verdad no me las tengo todas y no sé si este repentino “ataque” de moderación por parte de Rouco se debe a un cambio de criterio, cosa que dudo y mucho, más bien lo asocio con el hecho de no querer incomodar en estos momentos al Gobierno que ha autorizado el que las arcas públicas corran con el gasto de la visita a España de Benedicto XVI con motivo de esa Jornada Mundial de la Juventud que no sé porqué no la celebran en otro país que se pueda encontrar en mejor situación económica que España, porque la verdad es que en lo que a mí respecta me pongo a temblar cada vez que anuncian que el Papa viene a España, no por el hecho en sí, ni por el personaje, sino porque el viaje nos cuesta un buen pico, se habla de 50 millones de euros, ahora bien, al estar “neutralizada” la organización que provocó el caso GÁ¼rtel y no tener Camps y su equipo nada que ver en lo que concierne a la preparación de todos los actos del evento, la cosa puede resultarnos más barata. Pienso yo, a lo mejor me equivoco. De todos modos me hubiera gustado que Rouco Varela al igual que se preocupa por los actos de la visita papal por motivo de la JMJ se hubiera ocupado también de los jóvenes “indignados”, al menos haberlos mencionado en algunas de las homilías que se suelen celebrar en todas las parroquias. Pero claro, a los mejor esa no es la clase de juventud, la que pide paz y bienestar, la que los obispos prefieren. Estos están más por el “rebaño” sumiso que por la multitud que protesta.