Los españoles de todas las edades tienen mayoritariamente una concepción “romántica” del amor, lo ven como una pasión irresistible que implica una gran intimidad y una fuerte atracción física, lo que se clasifica como amor “Eros”. Son muchos menos quienes entienden este sentimiento como un compromiso duradero basado en la intimidad, la amistad, el compañerismo y el cariño (amor amistoso o “storge”), un modelo que predomina en el norte de Europa.
Por detrás del amor “Eros”, pero con una fuerte aceptación entre la población española se sitúa el amor “Ágape” o altruista, que implica el sacrificio por el bienestar del otro. El amor pragmático “Pragma”, basado en la búsqueda racional de una pareja, y el amistoso cuentan con una aceptación similar en España -en torno al 54%-.
Estos son los datos que se desprenden de una investigación dirigida por cinco psicólogas de la Universidad de las Islas Baleares que han realizado 1.351 encuestas telefónicas y que ha sido publicada recientemente en la revista Psycothema .
El amor “Manía” u obsesivo, caracterizado por su intensidad e intimidad pero también por los celos, la incomunicación y los “síntomas físicos y psicológicos”, “más cercano a la violencia de género”, sólo provoca rechazo en el 25% de las personas encuestadas y genera indiferencia en casi un 40%, mientras que es aceptado por algo más del 30% de la población, un porcentaje similar al de otros países, pero “no despreciable”, explica a SINC Victoria Ferrer, directora de la investigación y profesora de psicología social de la Universidad de las Islas Baleares, que dirige la investigación.
Los participantes respondieron a una versión reducida del cuestionario de la Escala de Actitudes sobre el Amor, a través de la que se obtiene el grado de acuerdo con diferentes descripciones de este sentimiento, como “el amor más profundo nace de una larga amistad”.
El 80% de los entrevistados mostraron de acuerdo con el estilo de amor pasional. “En eso nos parecemos a los países latinos como en Latinoamérica y nos diferenciamos de otros más cercanos geográficamente pero con una cultura más diferente”, señala Ferrer.
La investigadora piensa que la cultura más expresiva de las personas latinas y el hecho de que la igualdad entre hombres y mujeres sea relativamente reciente en España respecto al norte de Europa contribuyen a ello: “Es probable que el amor romántico sea menos igualitario que el amistoso, aunque es algo que estamos estudiando”, señala. Algunos científicos ponen el acento en el aspecto biológico del amor, “pero parece claro que la cultura influye”, añade.
Hollywood crea falsos mitos
Hollywood tiene mucho que ver con que “Eros” sea la concepción dominante: “el cine ha creado muchos mitos y ha hecho que pensemos cosas que no son reales”, porque en la realidad “la pasión se acaba, la vida en pareja es un juego de transacciones en el que hay que sobrellevar las fricciones”, asegura Ferrer. “Las películas terminan cuando las historias de verdad empiezan”, sentencia.
A ella le sorprendió que esta “idea mítica del amor” predomine también entre la población de mayor edad: “en edades medias baja un poco la aceptación, nos hacemos más pragmáticos, pero ésta vuelve a aumentar en las edades más elevadas”.
En el amor amistoso, la aceptación crece con la edad, al igual que ocurre con el estilo Ágape y a la inversa de lo que ocurre con el amor como juego, lo que indica que “a medida que pasa el tiempo, va cambiando nuestro concepto de amor, nos volvemos más pragmáticos”.
El amor como juego, con poca implicación emocional y sin expectativas de futuro “no nos va”, señala. Despierta el rechazo del 66% de la población, especialmente entre las mujeres. El amor “Ágape” es aceptado por el 70% de los encuestados, sobre todo por los hombres (un 86% frente al 60% de las mujeres), lo que “rompería el tópico de que la abnegación es una característica femenina”, afirma el estudio. Las investigadoras buscan ahora las causas.
Entre las mujeres, el amor “Pragma” es el segundo más aceptado -por un 63,9% de las encuestadas-, por delante del amor abnegado, mientras que sólo un 47% de los varones está de acuerdo con él (para un 25% es indiferente y un 27% lo rechaza).
Esto “podría estar relacionado con los roles de género tradicionales que se han venido traduciendo, en el marco de la pareja, en una mayor inversión de esfuerzos por parte de las mujeres (en su rol de cuidadoras) y que podrían llevarles a valorar más positivamente estos aspectos prácticos”, señala el estudio.
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Referencia bibliográfica :
Victoria A. Ferrer Pérez, Esperanza Bosch Fiol, Capilla Navarro guzmán, M. Carmen Ramis Palmer y Esther García Baudes. “El concepto de amor en España”. Psycothema , (589-594) Vol.20 nº4 2008.
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Fuente: SINC