Dicen que los extremistas terminan por repelerse a si mismos y se reconvierten hacia el extremo contrario… Estos días hemos tenido pruebas de ello: Según un informe periodístico, la Canciller alemana, hasta hace poco años, era miembro activo del PC (Partido Comunista de Alemania del Este) y en la actualidad es la más firme valedora del neoliberalismo europeo.
Pero hay otros ejemplos: El Secretario General de la UE, durante su época universitaria estaba a la izquierda del PC de Portugal (Bandera Roja), tanto que incluso se le achaca desmontar las bancadas de su facultad para vestir la sede de su Partido… En la actualidad, sus posturas no pueden ser más neoliberales.
El mismo Anguita no dudaba en apoyar el rodillo de Aznar para que Felipe perdiera las elecciones.
Ningún personaje garantiza una ideología.
He trabajado en dos países paradigma, uno de bipartidismo, y otro de pluripartidismo.
Italia es el país de los mil Partidos políticos cada vez que hay elecciones, tan variopintos como el Partido de los cazadores, de los tiradores al arco, de las prostitutas y un largo etc. Resultado: Italia lleva decenas de años ingobernable y, como resultado de las últimas elecciones, el Gobierno no se ha formado como deseaban los votantes sino como deseaban los políticos para seguir su mamandurria. Debo decir que todos los Partidos que se presentan a las elecciones reciben una prima para gastos electorales y si consiguen representación obtienen puestos que le garantizan un cierto clientelismo político.
Ante esta reflexión debemos decir que la oposición, como por ejemplo en España, sólo tiene derecho al pataleo. El Partido que apoya al Gobierno, con su mayoría absoluta puede Gobernar por decreto, y las propuestas de los partidos de la oposición, por muchos Partidos que puedan ser, se tiran a la papelera, sin resolverle nada a la ciudadanía.
EEUU es el país de bipartidismo. Sólo los Demócratas y los Republicanos tienen opción de Gobierno. Si unos lo hacen mal, en las siguientes elecciones salen elegidos los otros. El que gana cambia todo el aparato gubernamental federal y no quedan restos de la anterior Administración.
En estos momentos podemos observar en España como las administraciones, principalmente las empresas semi-privatizadas, se van engordando en cada proceso electoral con personajes del Partido ganador y se hace imposible que puedan generar beneficios y por tanto suben los precios del gas, electricidad, teléfono, etc. para poder mantener una serie de inútiles con sueldos millonarios.