Los fantasmas de Damasco
Treinta años después del inicio de la guerra civil, Líbano registró un terremoto político de proporciones globales cuando 1.200 kilos de TNT volaron al PM Hariri. Siete años después del crimen se especula con que el ataque fue ejecutado por ‘los fantasmas de siempre’. Lo mismo ocurre con otros asesinatos de políticos antisirios, nada se ha sabido acerca de esos crímenes y se sospecha, como es usual, de ‘los fantasmas’. Es así como se expresa desde posiciones políticamente correctas la decadente comunidad internacional encabezada por Naciones Unidas. Mientras tanto, el accionar de ‘los fantasmas’ continúa ensañándose económica y psicológicamente con el pueblo libanés.
La nueva victima ha sido el General Wisam Hasan, jefe de la inteligencia policial que investigo y detuvo al diputado prosirio Michel Samaha con dinero y explosivos provenientes de Damasco dos meses atrás. El final era predecible, Hasan acabo asesinado el viernes. Líbano es víctima de ‘los fantasmas’ que siguen ensañándose con el pueblo libanés como hace cuarenta años. La seguridad es inexistente para quien se oponga al régimen sirio. Desde 2005 las explosiones y asesinatos políticos aumento y los muertos pertenecen siempre al mismo sector. Aun así, el nombre que gusta utilizar el sector pro-sirio y la prensa progresista para referirse a los asesinos sigue siendo el de “fantasmas”. Los adherentes a Siria e Irán sostienen que los fantasmas vienen del Sur. El otro sector, el que pone la sangre y los muertos, dice que provienen del Este. Más allá del silencio del propio Estado libanés y la comunidad internacional nadie ignora quienes son los fantasmas y sus redes de Inteligencia. Son los mismos que han tenido y tienen control del ejército y la seguridad libanesa.
Según Hezbolá no hay fantasmas. ¿Entonces, quién ha estado asesinando a todos los políticos antisirios en Líbano?. Los libaneses se preguntan, quieren saber porque Hezbolá se erigió en la resistencia de la nación islámica a nombre del Líbano. Porque se asesina sistemáticamente a cualquier oponente del régimen sirio. Quién ejecuta los secuestros en la región del Bekaa y el sur de Beirut, quién constituye tribunales militares clandestinos y ejecuta personas sin proceso legal previo o derecho a defensa. La lista de ilegalidades es interminable. La sordina del llamado mundo libre mancha a funcionarios y organismos internacionales por igual. Pero dentro del Líbano, los libaneses mayoritariamente saben que Damasco es el lugar de residencia de ‘los fantasmas’.
Con este clima de descontrol y si no retumba otra explosión que se lleve por delante algún político más. Así es como se llegara a las parlamentarias libanesas de abril próximo, en ellas, hasta puede resultar electo ‘un fantasma’. Nadie puede asegurar otra cosa ante la sumisión y la inacción del Estado y la influencia de regimenes canallas en Líbano.