Lo echaba de menos. Llevaba ya Rajoy casi tres meses al frente del Gobierno de España y aún no habían reanudado su intento de demostrar que el 11-M fue una conspiración en la que, según se desprende de sus manifestaciones, el PSOE tuvo mucho que ver. Ahora están buscando un vagón de tren, a la hora de escribir este comentario aún no lo habían encontrado, para demostrar ellos sabrán qué. Evidentemente y como era de esperar, su caverna mediática su ha apresurado a derramar ríos de tinta y a inundar las ondas con sus versiones, todas ellas, como no podía ser de otro modo, coincidentes y unánimes, al respecto. Por cierto, no sé si se habrá fijado usted querido lector en los periodistas de la caverna mediática, a poco que usted les preste un poco de atención se podrá dar perfecta de que todos ellos por su forma de manifestarse, de opinar y de narrar los hechos podrían encajar perfectamente como comentaristas del NO-DO, la gaceta cinematográfica del dictador y que cuando yo era un niño no entendía por qué la gente cuando en los cines lo proyectaban la mayoría de las personas mayores allí presentes comenzaban a silbar, sin embargo aplaudían cuando a continuación ponían en pantalla un “complemento”, lo que hoy se conoce como dibujos animados. Cuando ya me hice un poco mayor lo entendí perfectamente. Con el NO-DO la gente recordaba la negra época que estaba pasando y la manipulación de que era objeto con esos documentales y con el “complemento” la gente se reía, se divertía y se olvidaba de sus problemas y de sus carencias de todo tipo desde la más importante, la libertad, hasta las de orden doméstico y social.
Pero no era a lo anterior a lo que yo me quería referir bajo el título de este comentario, lo que yo quería comentar era el hecho del fariseísmo que en todo momento practica la derecha. Resulta que con motivo de que los sindicatos han organizado un acto público a celebrar el próximo día once, los gerifaltes del PP y sus edecanes que no son otros que los componentes de la caverna mediática, han puesto el grito en el cielo y gritan y gesticulan que esto es una afrenta a las víctimas de aquel salvaje atentado terrorista que tuvo lugar en ese luctuoso día del año 2004, cuando evidentemente en absoluto lo es. Lo que es una falta de respeto a la memoria de las víctimas es el que se produce en muchas calles, plazas y avenidas en pueblos y ciudades en las que gobierna el PP, que aún llevan el nombre del dictador y de aquellos que con él colaboraron para escribir la página más negra de la historia de España. Eso si es desprecio a las víctimas del terrorismo franquista, mantener escrito en las calles esos nombres como homenaje a la barbarie a la represión más cruel y a la sinrazón.
Esto es fariseísmo puro, una actitud con la que el Partido Popular, la derecha, adereza todos sus actos, pero ocasión tendremos de comprobarlo muy a menudo durante estos años que restan de legislatura.