EL CRISOL – Pascual Mogica Costa
Esto del “caso GÁ¼rtel”, para los valencianos el “caso Camps”, se ha convertido en un espectáculo humorístico dentro del cual los gerifaltes del Partido Popular se han lanzado al escenario para ver cuál de ellos cuenta el mejor chiste o interpreta el gag más cómico relacionado con los trajes de Camps.
Podemos comenzar por Rita Barberá, la alcaldesa de Valenciana, que ha dejado en pañales a su tocaya Rita “La Cantaora” ya que la “cantada de las anchoas” ha sido algo que nadie hasta la fecha había interpretado poniendo tanta fe y tanta pasión como lo ha hecho ella. Se puede decir que ha puesto su alma y su corazón para conseguir semejante “cantada”. Sus cinco sentidos es evidente que no los ha puesto ya que si los hubiese tenido en cuenta no habría “cantado”. Para dejar al público más “entusiasmado” si cabe, ha dicho que el artículo 426 del Código Penal hay que explicitarlo mejor de modo y forma que deje bien claro cuál es la condena a aplicar por aceptar el regalo de unos trajes o de unas latas de anchoas, pero eso sí, en este último caso habría que especificar la procedencia geográfica de las anchoas. En el caso que nos ocupa “Anchoas de Cantabria” o de cualquier otro litoral. Porque hay anchoas y anchoas. No todas son iguales.
Por otro lado Camps, que en su día dijo que tenía unas “ganas locas” por explicarse ante el Tribunal Superior de Justicia de la Comunidad Valenciana (TSJCV) ante el emplazamiento para el día 15 de este mes para prestar declaración, ha renunciado a comparecer y envía a su abogado. Por lo visto ha perdido el apetito. Es comprensible. Con este calor tan “bochornoso”… Camps, se ha puesto en plan “serio” y acaba de decir que el sastre José Tomás, se quedó con el dinero de los trajes, cuando el juez tiene claro que los trajes los pagaron las empresas de Correas y de El Bigotes. No, si me veo a José Tomás, aparte de despedido de su trabajo, ingresado en la cárcel por apropiación indebido de un dinero que Camps cogió, según él, de la caja de la farmacia que regenta su señora. Hasta se podría dar el caso de que a Camps se le agradeciera el colaborar con la justicia al denunciar a José Tomás.
María Dolores de Cospedal, también colabora con un buen gag. Ha quitado importancia al supuesto cohecho de Camps porque “solo se sancionaría como mucho con 2.000 euros”. Más o menos lo que valen dos de los dichosos trajes.
Tampoco se ha quedado corto el presidente del PP vasco, Antonio Basagoiti, que ha tildado de “verdadera gilipollez” las acusaciones contra Camps. Aquí los que acusan son el fiscal y los socialistas valencianos. O sea que el fiscal actúa como un “gilipollas” y los socialistas también. No es malo el chiste, no.
Camps, quiere demostrar su inocencia recordando que su mujer le dijo por teléfono a El Bigotes que le iba a devolver los regalos, las pulseritas y algún otro producto de joyería más. Con ello, al parecer, Camps pretende demostrar que él no acepta regalos. Ante esto yo me pregunto: ¿Ha habido otros regalos antes o después? ¿Se ha devuelto realmente alguno?
Y finalmente el mejor chiste de todos. Este lo ha contado el presidente del TSJCV, Juan Luís de la Rúa, que para nadie es un secreto que mantiene una íntima amistad con Camps, que, según el diario Información de Alicante, ha criticado -De la Rúa- que se vaya a juzgar al presidente de la Generalitat Valenciana “por cuatro trajes”.
Yo creo que lo único que va a quedar del “caso Camps” son los gags, los chistes.