Los huracanes que han golpeado las costas del norte del Golfo de México en los últimos años pueden tener un impacto positivo en la altura y la composición de humedales y pastos acuáticos costeros gracias al exceso de sedimentos que traen con ellos, concluye un estudio.
“Los huracanes son a menudo vistos como eventos totalmente destructivos. Nuestra investigación, sin embargo, demuestra que también pueden transportar millones de toneladas de sedimentos a los humedales costeros en cuestión de horas”, dice a SciDev.Net, Andrew Tweel, del Departamento de Oceanografía y Ciencias Costeras de la Universidad de Lousiana, Estados Unidos, y autor del artículo.
En su estudio, publicado en PLoS ONE (21 de noviembre), Tweel afirma que los huracanes Katrina, Rita y Gustav depositaron un estimado de 68, 48, y 21 millones de toneladas métricas, respectivamente, luego de su paso por el norte del Golfo de México.
“Los sedimentos depositados por los huracanes son una parte integral de la estructura del suelo de la costa, y se ha demostrado que aumentan la elevación del humedal”, dice Tweel.
Además, estos sedimentos recién depositados son diferentes al suelo del humedal, pues están compuestos predominantemente de material orgánico, aire y agua. Así, “los huracanes pueden aumentar la heterogeneidad en el paisaje, lo que por lo general corresponde a un aumento de la biodiversidad”, explica.
No obstante, afirma que no es una conclusión que pueda generalizarse. En Cuba, por ejemplo, a partir de la tasa de sedimentación, investigadores concluyeron que después de los huracanes Gustav e Ike, “las características originales de los lodos medicinales no se recobrarán hasta dentro de cinco a siete años”.
Por otra parte, investigadoras del Colegio de la Frontera Sur, en México, publicaron en 2005 un estudio que muestra que la remoción y la deposición de sedimentos por un huracán afecta la densidad y diversidad de los pastos acuáticos del Caribe mexicano de manera selectiva. Es decir, especies de plantas son afectadas por el paso de la tormenta más que otras de manera constante.
Por ello, afirman, “las condiciones locales juegan un papel significativo en la susceptibilidad de la comunidad a los disturbios de sedimentos”. Entre éstas se cuentan los patrones espaciales, la distancia del centro del huracán, la profundidad del agua o la dirección del viento.
Según Rodolfo Silva Casarín, del Instituto de Ingeniería de la UNAM, los impactos de un exceso de sedimento suelen ser negativos cuando estos se depositan en zonas de navegación o sobre arrecifes coralinos, dice a SciDev.Net.
“Por lo demás un déficit de sedimento siempre tendrá implicaciones adversas”, agrega. Por eso, resulta clave hacer estudios locales sobre los beneficios de los sedimentos traídos por huracanes en países especialmente vunerables a esos fenómenos naturales.
Enlace al estudio completo en PLoS ONE
REFERENCIAS
PLoS One. 2012; 7(11): e50528.
Aleida Rueda
SciDev.Net