Sociopolítica

LOS IMPUESTOS Y QUIENES LOS PAGAMOS

Recientemente y en mi país que se encuentra con las arcas vacías y camino de una ruina o bancarrota; el demagogo de turno (no merece ni ser recordado su nombre) sale a las pantallas que dominan a las masas y suelta lo que sigue: «Se van a subir los impuestos a los más ricos para compensar a los más pobres y que éstos sigan cobrando las subvenciones que reciben». Lo dijo en otras palabras pero yo las aclaro a su verdadero significado; puesto que de similar forma, luego lo confirmó su jefe; o sea, el nefasto y devastador jefe de gobierno que soportamos va ya para seis años… y no dimite y se va, que es lo que debiera haber hecho hace años.

Y lo dicen ambos y todos sus acólitos, por cuanto y como ocurriera en Roma, les son imprescindibles los votos de las clases más desfavorecidas, para seguir gobernando; cosa nada nueva, puesto que en los muy bien organizados romanos, ya alguno de sus gobernantes dejó escrito lo que sigue:  «El patricio romano Cayo Julio César, el viejo (100-44 a. C.)  Dice lo siguiente:

«Si la clase media sirve para algo es para trabajar y pagar impuestos, con los que podemos sobornar a la plebe de Roma y tenerla contenta y mantenerla dócil. Es cierto que los plebeyos de Roma son animales, pero son muchos y necesitamos sus votos para alcanzar el poder. Que la clase media nos sirva hasta el final, porque los nuevos ciudadanos no piensan nada más que en el trabajo, la industria y el ahorro y otras preocupaciones por el estilo». Marco Livio Druso (122 a. C.) tribuno de la plebe, dice: «Es difícil decir quienes son peores, si los que sobornan a las masas o las masas que aceptan el soborno. Es cierto que el soborno corrompe, pero también es cierto que el que lo acepta es el mayor de los delincuentes».

Por ello y desde siempre, los que han logrado el poder, les han hecho pagar y nos lo siguen haciendo hoy en día; pagar a los que únicamente producimos o consumimos; puesto que los impuestos al final, se cargan en esos dos únicos soportes… la producción de bienes (clases medias) y el consumo de todo cuanto necesita la población; en mayoría la masa de consumidores, que con sus impuestos indirectos y que van desde para «el agua que bebe… hasta para la orina que expulsa»; cubren no sólo el gasto (que debiera serlo ajustado al mínimo) sino los enormes malgastos que hacen todos los gobiernos y que van desde el lujo y derroches personales, mantenimiento de ingentes cantidades de parásitos… hasta el de la guerras y conflictos que se provocan, simplemente por la avaricia y el afán de hacerse ricos al máximo; que muchos ya lo hacen simplemente en base al dinero público que manejan y que mediante leyes a medida, logran las derivaciones o malversaciones múltiples que vemos cada día que amanece, pero de las que nadie responde, pues han logrado la impunidad más canallesca. La masa a pagar sin rechistar; no podemos hacer otra cosa.

Por ello se llegan a reunir capitales tan monstruosos e impunidades no menos monstruosas; que como la que padecemos y de ámbito mundial y que denominan «crisis»; tiene culpables y responsables… si de verdad se quieren buscar y sentar en los banquillos oportunos; pero como dice el viejo y tristísimo dicho popular… «quién le pone los cascabeles al gato»… «los ratones no, desde luego, esos fueron creados para que se los comiera el gato y nada más»… pero lo más triste y preocupante es que infinitos, antes ratones… al llegar a ser «gatos», se convierten simplemente en «unos gatos más»… y es claro que así nos va.

Y no sólo es en España… veamos país por país y terminando en el que se dice «más libre y justiciero»; o sea Estados Unidos de Norteamérica (USA)… ¿Qué está haciendo el tan prometedor y vocinglero Obama?… sencillamente, lo que le dejan hacer los «tigres (que no gatos) norteamericanos»… lo que no toque en grado preocupante a sus intereses… o sea y ya lo digo arriba… lo que hacían aquellos sinvergÁ¼enzas (y sin escrúpulos) de patricios romanos, que en vez de educar y formar a la plebe; simplemente la usaban y explotaban simplemente para acumular más poder y más fortuna… pues antes como ahora… muchos son insaciables y esta enfermedad de la avaricia, es difícil de erradicar.

Sobre el Autor

Jordi Sierra Marquez

Comunicador y periodista 2.0 - Experto en #MarketingDigital y #MarcaPersonal / Licenciado en periodismo por la UCM y con un master en comunicación multimedia.