Venimos oyendo esa maldita cantinela de “los mercados”; que al igual que “los financieros o las finanzas”, o que “el terrorismo internacional”; no son otra cosa que algo similar, a cuando aquellos niños del “oscurantismo” éramos asustados con aquello de que viene “el coco, el sacamantecas, la bruja… o la madre que los parió a todos”; puesto que aquellos absurdos miedos, castraron a muchas criaturas y por muchos años, hasta que viendo la vida real, algunos (ojalá hubiesen sido muchos) nos dimos cuenta que aquellas mentiras, sólo pretendían un dominio, no una formación o educación integral y humana para habernos hecho fuertes y resistentes desde la niñez y en beneficio no sólo nuestro, sino de toda la sociedad… que es lo que esta necesita.
¿Pero qué son “esos mercados y todo lo demás”? Para mí es lo mismo, crear miedo, crear incertidumbres, asustarnos cuanto más mejor, para así ir preparando a las masas, para esquilarlas de nuevo, para exprimirlas más, para que se conformen con mucho menos y que incluso recibidas las migajas que les tengan preparadas, que agradezcan a los amos que se las dan y encima y si se presentan… “les limpien las botas o el culo” y si se presentan, les presenten el propio, previa bajada de pantalones o bragas. O sea y mucho más cruel aún… “que el ser humano no llegue nunca a adulto y a formarse como individuo fuerte y consciente de su individualidad, que es el mayor tesoro que Dios o la Creación, nos dio al conformarnos tan singular y tan maravillosamente y con tantas posibilidades de ascender… prefieren que sigamos atrofiados”.
Nos engañan miserablemente con la más prostituida de todas las palabras inventadas por el hombre… “libertad”; sin tener ni la más mínima idea de lo que es y representa esa gran palabra, dentro de las limitaciones humanas y que yo no niego; pero como escribiera hace ya muchos años… ¡Dejadme mi libertad… mi hambre es mía y en ella mando yo!… el poema es un poco más largo, pero el que quiera que lo busque en mi Web; es un obsequio para aquel que sepa recibirlo y entenderlo.
Curiosamente mucho de lo que hoy digo y que sé desde hace ya mucho tiempo (soy bastante viejo, a Dios gracias y pronto me iré) se lo oí decir en otras palabras, a un “famoso financiero” (hoy apartado de aquellos lugares privilegiados donde estuvo y lo echaron, incluso hasta la cárcel) cuyo nombre sigue siendo el de Mario Conde; y el que ha escrito un voluminoso libro, contando las miserias “de las grandes alturas, que igualmente andan o nadan en las no menos grandes miserias de este mundo”. Por descontado doy el que no todo lo que sabe lo habrá contado, pero intuyo es como una venganza posterior, por aquello de que… “me echasteis pues tomad por el… pago que ahora os doy”; lo dijo en una intervención de nada menos de una larga y sabrosa hora de sesenta minutos y a través de la televisión “Intereconomía” (27-11-2010, de 9 a 10 noche); en la que debe tener gran influencia (sigue siendo rico riquísimo y más o menos lo dijo allí) puesto que si no es así, ninguna televisión dedica una larga hora a un hombre y su libro. Libro que por otra parte no va a servir para otra cosa que para el desahogo de este exfinanciero de grandes alturas, puesto que a quienes vaya dirigido, forman parte de esa casta de “los intocables; y que como criticaban a Franco… no van a responder nada más que ante Dios, suponiendo que sean creyentes de algo que no sea el poder que da el dinero”.
Pero esas son las fuerzas “sin nombre”; grupos que se organizan “muy agrupados” y que van a por el poder, amparados en unas siglas o denominaciones que como cortina de humo o tinta de calamar, son las escaleras para llegar siempre al mismo destino. Destino que no es otro, que el control del dinero público; esos inmensos fondos nacionales (que ellos internacionalizan) y que saqueados de las múltiples formas que estamos viendo y padeciendo; los convierten en cada vez más ricos e impunes, gozando de ese veneno (es una droga venenosa que ríanse ustedes de las que se dicen drogas y que consumen los drogadictos habituales) que debe ser terrible, por cuanto esos intocables no se sacian nunca del mismo… sí que de vez en cuando, “eliminan a algún Mario Conde o de cualquier otro nombre”, que entrado en terrenos vedados, consideren que debe ser echado fuera y cueste lo que cueste… “que a ellos en realidad no les cuesta nada”… siempre pagamos los que menos culpa tenemos, “a los pobres ricos, riquísimos de este pobre mundo”.
¿Qué quienes somos esos paganos o pagadores? Simplemente mire sus bolsillos, sus cuentas, sus bienes y dineros, su nómina o pensión, si es que aún las tiene… y analicen lo que nos han empobrecido y lo que aún nos van a empobrecer… esperemos que no estén tramando la “última de las guerras mundiales”, puesto que lo sería y creo ya lo vaticinó Eistein… tras ella, a pedradas y de nuevo a las cavernas, aquel que las encuentre.
¡Mierda de mundo en el que vinimos a nacer!
Antonio García Fuentes
(Escritor y filósofo)
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