REDD+ Los negociadores en Doha deberían preocuparse por los manglares
Nuevos estimados muestran que cuando los ecosistemas de la costa sufren degradación o son convertidos para acuicultura, represas río arriba, dragado o desarrollo urbano, se emiten en la atmósfera hasta mil millones de toneladas métricas de carbono cada año –más de la mitad de las emisiones provienen solamente de la destrucción de manglares.
A pesar de ello, todavía queda pendiente que la rápida disminución de humedales obtenga la atención internacional que se merece, particularmente ahora que ser realiza la cumbre de las Naciones Unidas sobre Cambio Climático (COP18) en Doha, Qatar – país rico en manglares–.
Los costos económicos, ecológicos y sociales de la conversión de humedales costeros serán tremendos, dijo Boone Kauffman, asociado del Centro para la Investigación Forestal Internacional (CIFOR) y coautor de “Estimating Global ‘Blue Carbon’ Emissions from Conversion and Degradation of Vegetated Coastal Ecosystems (“Estimando las Emisiones Mundiales de “Carbono Azul” a partir de la Conversión y Degradación de Ecosistemas Costeros con Vegetación”.
Kauffman calcula el precio entre 6,000 y 42,000 millones de dólares en trabajos y oportunidades perdidos.
Las emisiones de gases de efecto invernadero debido a la destrucción de pantanos, manglares y pastos marinos son muy altas, porque estos ecosistemas se encuentran localizados en sedimentos ricos en carbono de “carbono azul” previamente capturado. Los humedales ocupan el segundo lugar solamente después de los bosques tropicales con pantanos de turba en la cantidad de carbono contenido por hectárea.
“Las reservas de carbono por debajo del suelo en los ecosistemas costeros son más vulnerables a la pérdida cuando hay cambio en la cubierta terrestre comparada con las tierras altas”, dijo Kauffman.
En el siglo pasado, 25 a 50% de los ecosistemas costeros de la tierra han desaparecido debido a la expansión agrícola y de acuicultura, la sobreexplotación de los bosques, el uso industrial, las represas río arriba y otras causas como la subida y caída de los niveles del mar, mencionó.
“Basados en las tasas actuales de conversión, podríamos perder de 30 a 40% de marismas y pastos marinos en el próximo siglo”.
Daniel Murdiyarso, científico Senior de CIFOR agregó: “Considerando que los humedales contribuyen hasta con un 19% del total de las emisiones a partir de la deforestación, su creciente destrucción es significativa no solamente para la pérdida de medios de subsistencia, sino también para el cambio climático”.
A pesar de una solicitud reciente de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (CMNUCC) al Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático (IPCC) para crear pautas para humedales específicamente para inventarios de emisiones de gases de efecto invernadero para complementar las pautas del 2006, el avance ha sido lento.
CIFOR ha liderado el camino para el desarrollo de métodos de medición y la cuantificación de reservas y valores de carbono, pero Kauffman dijo que debido a sus valores y vulnerabilidad se justifica un mayor estudio.
“Debido a que los humedales costeros implican servicios importantes de ecosistemas – protección contra tormentas, atenuación de inundaciones, producción pesquera, efectos en la calidad del agua y vínculos ecológicos fuertes con los arrecifes de coral, por ejemplo – resultan increíblemente importantes para la humanidad”.
A pesar de los costos económicos potenciales, ha habido poca consideración o estudio sobre las oportunidades perdidas y los valores asociados con el cambio en la cubierta terrestre, dijo Kauffman.
“Mas aun, las pérdidas económicas y de recursos para las comunidades costeras locales que dependen de los manglares, tienen que ser consideradas – esto incluiría pérdidas de recursos pesqueros, protección contra tormentas, madera y paja, medicinas, entre otros”.
Los efectos de la liberación en la atmósfera de carbono azul almacenado se sentirían a nivel mundial, en forma de sequías, aumento del nivel del mar y la frecuencia de eventos climáticos extremos, y es probable que el costo sea más sentido en los países de bajos ingresos.
Sin embargo, el estudio indica que las emisiones de carbono potencialmente grandes a partir de los ecosistemas costeros con vegetación degradados, podrían también ofrecer una nueva oportunidad para mitigación del carbono, que podría ser similar al programa de emisiones reducidas a partir de la deforestación y degradación (REDD+) que crea incentivos económicos para fomentar el mantenimiento de las reservas de carbono forestal.
“Las estrategias para la mitigación del cambio climático como REDD+ tendrían muchos beneficios colaterales”, dijo Kauffman, agregando que es crítico obtener mediciones precisas para que esto avance.
“Necesitamos realizar más estudios para cuantificar mejor las emisiones actuales a partir del cambio en la cubierta terrestre y observar como esto difiere de región a región y de ecosistema en ecosistema.”
Mangroves under pressure: Forgotten wetlands in the changing climate (Manglares bajo presión: Humedales olvidados en el clima cambiante), a llevarse a cabo en el Día de los Bosques (Forest Day 6) en Doha el 2 de diciembre, reunirá a distinguidos expertos para explorar el papel que tienen los manglares en la lucha contra el cambio climático, su estado actual y programas exitosos de recuperación. Para mayor información visite Forest Day 6 website.
Para leer más historias de las conversaciones de UN sobre el clima en Doha, haga click aquí.
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