Economía

Los papeles de Panamá, la hipocresía mundial

Presión fiscal papeles de Panamá

SABINA comienza una de sus muchas obras maestras con «Puedo ponerme cursi y decir que tus labios me saben igual que los labios que beso en mis sueños, puedo ponerme triste y decir que me basta con ser tu enemigo, tu todo, tu esclavo, tu fiebre, tu dueño«…

y yo empiezo, amigo lector, con un una letanía más mediocre, pero seguro que igual que efectiva entre mis detractores, diciéndote que puedo llenarme de hipocresía y reprender a todo ese hatajo de millonarios varios que han utilizado una fiscalidad más conveniente para sus intereses personales por su actitud poco ética.

Ahora bien, no me gusta la hipocresía, o al menos eso me suelo decir a mí mismo, aunque sea el mayor de los hipócritas, y ante la noticia de los papeles de Panamá me hago una reflexión más profunda que el enfado superficial generalizado, ¿qué haría yo?

¿Qué haría yo si tuviera que pagar el 50% de lo que he ganado legítimamente con mi trabajo?, ¿qué harías tú?

Sé honesto, no olvides que la verdad puede ser la mayor de las mentiras si se sabe manejar adecuadamente.

Como supongo que al no tener que verbalizar tu respuesta ante oídos ajenos habrás respondido lo mismo que yo te invito a que juntos realicemos una nueva reflexión y lleguemos al fondo del asunto, que no es otro que los gobiernos acaban legislando en base a lo que consideran políticamente correcto, no a la realidad social que tienen que ordenar con las leyes que todos nos concedemos, y eso nos lleva a la corrupción permanente, a la evasión fiscal por sistema y a la impunidad como bandera.

Los papeles de Panamá… y la presión fiscal

La presión fiscal en nuestro país, y en todos los de nuestro entorno, está muy mal confeccionada ya que se fundamenta en una teoría que nada tiene que ver con la realidad final. Se fija un escalado fiscal que suele terminar en el 45-50% para ingresos muy elevados, los menos, curiosamente los que tienen capacidad para eludir el pago. Ello conlleva que las clases medias, con un escalado sobre el 15-20%, pero sin capacidad de evasión real, acaban por pagar el pato y sufren las consecuencias de la falta de ingresos del Estado.

Podemos ponernos más papistas que el Papa y decir aquello de que los ricos tienen que contribuir más, y yo lo apoyo fervientemente, pero debería de hacerse de otra manera. El actual sistema hace que los ricos huyan despavoridos del país, fijen sus residencias en otros lugares más amables fiscalmente hablando y condenan a los asalariados a galeras a remar para sacar el país adelante.

Llevo tiempo reclamando un sistema fiscal más adecuado a nuestros tiempos, más práctico que teórico, más efectivo que efectista, un sistema fiscal justo, que recaiga más sobre los que más ingresen, pero sin echarlos del sistema, y una amplia red de inspección que tapone las grietas por las que se evaporan miles de millones de euros cada año, unos euros, amig@o que acabamos pagando tú y yo.

Los políticos deberían aprovechar el caso de los papeles de Panamá para no quedarse en la superficie del asunto y hacer una segunda lectura que les permita afrontar el problema real de nuestras sociedades.

Claro está, por otro lado, que no podemos olvidar el cinismo de ciertos personajes que mientras hacían gala de su patriotismo y de su lucha por los derechos de los más desfavorecidos se llevaban su dinero y sus impuestos a otros lugares alejados de los problemas que decían defender y por los que clamaban empatizar. Un cinismo que no hace sino darme la razón una vez más de la esencia individualista del ser humano más allá de su pertenencia a una u otra comunidad.

Sobre el Autor

Jordi Sierra Marquez

Comunicador y periodista 2.0 - Experto en #MarketingDigital y #MarcaPersonal / Licenciado en periodismo por la UCM y con un master en comunicación multimedia.