Los paraÃsos fiscales: El edén de los delincuentes
Un elemento a estudiar profusamente son los paraÃsos fiscales para comprender el lugar donde cohabitan todas las formas criminales de sustraer y esconder todos los dineros de origen dudoso: polÃticos corruptos, evasores de impuestos, ladrones de cuello blanco, traficantes de drogas, etc.-.
Un paraÃso fiscal es un territorio o Estado que se caracteriza por aplicar un régimen tributario especialmente favorable a los ciudadanos y empresas no residentes, que se domicilien a efectos legales en el mismo. TÃpicamente estas ventajas consisten en una exención total o una reducción muy significativa en el pago de los principales impuestos. Pero sobre todo, protegiendo la identidad del dueño del dinero resguardado ahÃ, mediante sutiles formas: Secreto Bancario, cuentas codificadas, anonimato… Todo un paraÃso para el que quiera esconder dinero.
Los paraÃsos fiscales habrÃan aportado
un aproximado de 230.000 millones de euros
en concepto de recaudación por impuestos
Según la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico –OCDE-, cuatro factores clave son utilizados para determinar si una jurisdicción es un paraÃso fiscal:
- Si la jurisdicción no impone impuestos o éstos son sólo nominales. La OCDE reconoce que cada  jurisdicción tiene derecho a determinar si imponer impuestos directos. Si no hay impuestos directos pero sà indirectos, se utilizan los otros tres factores para determinar si una jurisdicción es un paraÃso fiscal.
- Si hay falta de transparencia.
- Si las leyes o las prácticas administrativas no permiten el intercambio de  información para propósitos fiscales con otros paÃses en relación a     contribuyentes que se benefician de los bajos impuestos.
- Si se permite a los no residentes beneficiarse de rebajas impositivas, aun cuando no desarrollen efectivamente una actividad en el paÃs.
Una caracterÃstica de un paraÃso fiscal es que en el mismo suelen convivir dos regÃmenes fiscales diferenciados y legalmente separados. Por un lado, el que afecta a los residentes y empresas locales, los cuales están sujetos al pago de impuestos como en cualquier otro paÃs y, por el otro, el de los no residentes, que gozan de ventajas fiscales y suelen tener prohibida cualquier actividad económica o de inversión dentro de su territorio. Para facilitar la separación de estas dos economÃas paralelas, usualmente se cuenta con legislación e instituciones especialmente reservadas a los no residentes, como los bancos offshore o las sociedades IBC (International Business Companies).
Otro rasgo identificatorio de un paraÃso fiscal suele ser la existencia de estrictas leyes de secreto bancario y de protección de datos personales. Es habitual que los datos de accionistas y directores de empresas no figuren en registros públicos, sino que se encuentren bajo la custodia de su representante legal, el llamado agente residente (registered agent). Estas caracterÃsticas han provocado que estos paÃses, a menudo muy pequeños en extensión y población, hayan conseguido acumular un cuarto de la riqueza privada de todo el mundo, según el FMI. Históricamente a estos paraÃsos fiscales se les acusa servir de cobijo a evasores de impuestos, terroristas, fortunas resultados de corrupción y narcotraficantes que esconden sus identidades tras sociedades offshore, cuentas numeradas, directores fiduciarios, fundaciones, trusts o acciones al portador. Y las Empresas Transnacionales –ETN-  guardan en esos paÃses sus fenomenales ganancias.
Según la OCDE publicados en noviembre de 2011 los paÃses que encabezan los paraÃsos fiscales son Nauru, Niue y mencionaron un listado de paÃses que se comprometieron a mejorar la transparencia e intercambio de información.
Algunos de estos paÃses son Andorra, Anguila, Antigua y Barbuda, Antillas, Aruba, Bahamas, Barein, Belice, Bermudas, Liberia, Mónaco, Dominica, Gibraltar, Islas Caimán, Malta, Samoa, San Marinae, Santa Lucia y otros.
Asà mismo según la Tax Justice Network, grupo dirigido por el antiguo economista principal de la consultora McKinsey y experto en paraÃsos fiscales, James Henry estima en un estudio realizado por la citada organización, que es posible que existan entre 17 y 26 billones de euros escondidos en paraÃsos fiscales, que habrÃan aportado un aproximado de 230.000 millones de euros en concepto de recaudación por impuestos. Se estima que estas cantidades se encuentran concentradas en «jurisdicciones enormemente proteccionistas», como Suiza o las islas Caimán, con la ayuda de bancos privados que tienen el objetivo de atraer a los llamados «individuos de alto valor neto». La riqueza de estas élites económicas, según Henry, está protegida por un grupo de profesionales, muy bien pagado y disciplinado, que se aprovechan de una economÃa global cada vez más transfronteriza y con menos fricciones. Los estados ricos en petróleo cuya élite suele caracterizarse por su gran movilidad son especialmente propensos a depositar su riqueza en estas cuentas, en lugar de invertir en su propio paÃs. El estudio también pone como ejemplo a Arabia SaudÃ, de donde escaparon 179.000 millones de euros o Nigeria, con 250.000 millones de euros a la fuga
La OCDE creó un grupo de “otros Centros Financieros†que si bien no eran el clásico paraÃso fiscal, se consideran como insuficientemente transparentes en temas fiscales, compuesta por Uruguay y Guatemala. Uruguay ha salido de la lista luego de firmar 12 acuerdos de transparencia.
En este sentido, se han tenido algunos logros, el sector bancario aplica ahora polÃticas de identificación de sus clientes, conocidas como «due diligence». No obstante, en muchos casos la opacidad de estos territorios todavÃa es importante, asà como lo son sus ventajas fiscales. Esto es aprovechado por sectores muy diferentes de la economÃa, desde ahorradores privados, pasando por inversores, empresas de importación y exportación, hasta grandes multinacionales, bancos y aseguradoras.
Algunas Empresas Transnacionales –ETN- han logrado crear los centros offshore. El offshoring designa la actividad por parte de empresas con sede en un determinado paÃs de trasladar o construir fábricas o centros de producción en otro paÃs, donde por lo general enfrentarán menores costos en mano de obra, menor presión en leyes laborales, menor cantidad de normativas gubernamentales, reducción de otro tipo de costos, u otros beneficios cualesquiera desde el punto de vista del lucro económico para la empresa.
En el ámbito financiero se utiliza para referirse a empresas creadas en centros financieros con un nivel impositivo muy bajo, que generalmente se encuentran en islas. Estas empresas son usadas para ocultar el propietario o beneficiario de determinados bienes, por varios motivos por ejemplo el blanqueo de dinero, ocultación de propiedades, procedimientos de divorcio, etc. Obsérvese que no todos los centros offshore se encuentran fÃsicamente en islas. Andorra, Delaware en Estados Unidos y algunas veces Suiza son también ejemplos de centros offshore en tierra firme.
Para efectos prácticos se pueden contraponer dos términos: el offshore frente al onshore. Si un ciudadano de Europa decide abrir una cuenta en el extranjero para realizar algunas inversiones, se considera que es un offshore si la abre en Filipinas, dadas las condiciones fiscales y legislación aplicable sobre secreto bancario en Filipinas.
Si esa cuenta la abre en Francia, no ha de considerarse una operación extraterritorial, puesto que Francia, siendo otro paÃs europeo, tiene un sistema fiscal similar al de toda Europa y todos los paÃses europeos cuentan con diferentes tratados de colaboración e intercambio de información. Y en ese caso no obtiene ninguna ventaja especial al abrir su cuenta en Francia y el rasgo del secreto bancario no protege la opacidad de sus recursos. En este caso hablamos de onshore.
A muchas veces un ciudadano común protesta y protesta, pero hay un principio básico que favorece los corruptos millonarios: polÃticos, traficantes de armas, drogas, terroristas, evasores de impuestos y trata de blancas, cuando los ciudadanos salen a las calles y no saben a dónde van, no hay resultados. Y toda esa energÃa se pierde por no tener al menos una meta clara.
Para combatir el robo, la corrupción, el terrorismo, el tráfico de drogas, tráfico de armas, trata de personas, terrorismo y todos los hechos fraudulentos se debe legislar nacional e internacionalmente por evitar los offshore, controlar los paraÃsos fiscales  y darle transparencia al manejo de los recursos.
Los honrados lo entienden, los otros no lo creo.