Aquellas personas que hemos visto la maravillosa película de Denzel Washington en la que entabla una lucha feroz contra los bancos, los políticos y los hospitales para poder salvar la vida de su hijo necesitado de un trasplante urgente; y quienes como yo, nos hemos visto llevando a un compañero retorciéndose de dolor a un hospital estadounidense, y tener que esperar dos horas en los pasillos, hasta que llegara una carta de crédito para poder inscribirlo y ser atendido… nos echamos las manos a la cabeza al ver los propósitos sanitarios del actual Gobierno, imaginándonos lo que nos espera.
Hace relativamente poco tiempo que España ha superado, algunas cuestiones de especial relevancia, como la Sanidad.
Durante el Régimen dejaba mucho que desear, porque se repartía por caridad, y durante la Transición la medicina privada seguía haciendo grandes negocios.
Cuando escuchamos declaraciones de asociaciones contra el cáncer y de trasplantes, no podemos hacer otra cosa que preocuparnos. La salud pública se convierte en negocio, Un negocio en el que solo pueden ser atendidas las grandes fortunas.
Los otros, los pobres, los parados, la mayoría, solo tiene derecho a sufrir, rezar y morir.