Un artículo que escribí en noviembre, cuando las elecciones catalanas, y que ayudará a comprender la situación actual en Cataluña y la dinámica del proceso, según las últimas tendencias, que confirman el análisis que en él hice:
Foto: Carquinyol«El nuevo paisaje catalán, tras las elecciones del día 25, ha sido creado por tres factores: la propaganda favorable a la independencia, la política económica del Gobierno de CiU y la mayor participación política a la que hay que añadir la participación de los jóvenes que votaban por primera vez. En total unos 500.000 nuevos votantes.
Una parte importante de ese medio millón de votantes se ha movilizado contra la independencia porque de esta movilización deben proceder los casi 85.000 votos de más que ha sacado el Partido Popular y los casi 170.000 votos de más sacados por Ciutadans. En total unos 255.000 votos nuevos, que añadidos al recuento final del total de votos sacados por estas dos formaciones políticas son unos 750.000 votos. Esto significa que, después del enorme esfuerzo por movilizar a los ciudadanos contrarios a la independencia, los partidos que apuestan inconfundiblemente contra la independencia han alcanzado su tope. No va más. En realidad poco más podrían movilizar ante una situación de hecho en la que se votara a favor de la declaración de independencia.
En el terreno de nadie se encuentra dos partidos el PSC e ICV-EUi, imprecisos unos y contrarios a la independencia otros, pero según sus dirigentes políticos favorables a la celebración del referéndum sobre la independencia y a la creación de un Estado federal. Estas dos formaciones políticas de izquierda tienen una base social proletaria asentada, en gran parte, en grandes ciudades, con grandes núcleos de trabajadores y de origen inmigrante. Es el caso de Hospitalet, Santa Coloma, Badalona, Terrassa, Mataró, Sant Boi…
Estas dos formaciones políticas están sustentadas por una base social tradicionalmente obrera, ya que las clases medias prefieren votar a CiU y las más de izquierda a Esquerra. Ocurre que los socialistas sólo han perdido unos 50.000 votos pero no han ganado ninguno de los procedentes de la movilización, ni a favor de la independencia ni en contra. Su tendencia es que no han dejado de caer en los últimos 10 años manteniéndose en torno a los 550.000 en los últimos 8 años. Su base social más joven y menos vinculada sentimentalmente a la tradición del PSOE podría acabar desvinculándose del PSC porque su política económica con Zapatero los castigó y ahora los sigue castigando con Mas. La independencia podría ser para ellos una alternativa a la crisis. Siempre que no la encabece la derecha nacionalista catalana, esto es: CiU.
Por parte de ICV-EUi, una parte de su crecimiento puede proceder de las pérdidas del PSC, pero la mayor parte, unos 100.000, deben proceder de los 500.000 nuevos votantes que han incrementado el censo electoral porque no existe ningún otro fondo del que puedan proceder. Esta tendencia es esperanzadora para esta formación que, sin embargo, no ofrece expectativas, soluciones reales a las nuevas generaciones de votantes que le hayan votado o pudieran llegar a votarlos. Estos votos los podrían perder, si alguien demuestra que no sirven para nada.
La suma total del PSC más ICV-EUi suman unos 882.000 votos, que sumados a los 750.000 de los dos partidos favorables a permanecer unidos a España suman en torno al 1.628.233 votos que quedarían a unos 100.000 votos de las formaciones políticas independentistas, que suman en torno al 1.733.341 votos. En esta situación un referéndum sobre la independencia quebraría en dos la sociedad catalana. Lo más probable será que un sector de los votantes socialistas y de izquierda los verdes votaran a favor de la independencia. La clave va a estar en lo que haga la Esquerra y no en política independentista sino en política social.
Mas está solo, por su derecha, porque está decidió a seguir avanzando hacia la independencia y por su izquierda porque está aplicando la misma política liberal de sálvese el que pueda, en beneficio del capital financiero y especulativo. Su problema es que no puede salir de esa corriente de pensamiento económico porque, entonces, también quedaría aislado de la derecha europea e internacional por razones económicas, no políticas. Su capacidad de maniobra política es prácticamente nula. Con el PSC no puede gobernar porque se ha comprometido con la independencia y si el PSC favoreciera esa dinámica perdería una parte de su base social y la otra, la partidaria de la independencia, también la perdería porque se iría a Esquerra. Si este partido sabe atraérselos. El PSC, además, no parece ser que estuviera dispuesto a apoyar la política económica de Mas que es la que le ha hecho perder votos. Si le apoyara seguiría perdiendo votos hacia Esquerra y hacia ICV. El PSC está entre la espada y la pared. Lo más probable es que ante esta indeterminación ideológica, política y económica no deje de seguir perdiendo votos. Todo demuestra que los socialistas no necesitan estar en el Poder para, ya desde la oposición, seguir perdiendo base social a raudales. El principal beneficiario sería Esquerra. Depende de ellos.
El Partido Popular aportaría a CiU, económicamente, más de lo mismo. Esto es más Rajoy, más desempleo, más caos. Políticamente están en el mismo espacio. La paradoja es que mientras no salgan del liberalismo económico no dejarán de perder votos. El P.P. contribuiría a que CiU siguiera perdiendo votos por aplicar su propia política económica. Y ellos, el P.P. permanecerían estancados. No pueden dar un paso más hacia adelante. La crisis lo más probable es que le haga retroceder. Mas se ha metido en un laberinto del que ya no puede salir porque si sigue hacia adelante favorece a la izquierda y si abandona la ruta independentista, también.
La clave la tiene la Esquerra. Como independentista atrae el voto independentista y como rechazo a la política económica de Mas se está atrayendo a mucho voto de clases media y profesionales que están siendo golpeados por esa política liberal. De hecho, las clases medias, no sólo en Cataluña, sino en toda Europa, está siendo golpeada por las políticas del liberalismo económico que sólo benefician al capital financiero y al especulativo. Esta dinámica favorecería a quienes sepan dirigirse tanto a las clases medias como a los trabajadores.
En el voto independentista ha ocurrido una cosa: que la Esquerra ha crecido porque CiU ha perdido. Ha habido una transferencia de votos independentistas de un partido al otro. La Esquerra por tradición histórica, política e ideológica está más próxima a los votantes de CiU que el CUP. Sin embargo también es cierto que parte de los nuevos votantes se han incorporado a la Esquerra. Si la Esquerra formara gobierno con Mas perdería votantes que se irían, seguramente al CUP. Le queda una solución: dejar gobernar a Mas solo, en minoría, para impulsar el proceso independentista pero manteniéndose lejos, en oposición a la política económica de Mas, al mismo tiempo. De esa manera los votos que Mas perderá cada vez más aceleradamente se transferirán a la Esquerra. Pero esto no es suficiente para hacer crecer el voto independentista, la Esquerra necesita dirigirse a otras clases sociales, y a los jóvenes. Podría ser un problema: que no preste la necesaria atención a los trabajadores jóvenes de los núcleos del PSC y de la propia ICV, ya que podrían encontrar una salida sociológica y de sentimiento de clase más natural votando al CUP que a la Esquerra. Esta podría presentar la independencia como única salida a la política económica liberal dirigiendo su mensaje a las clases medias, a los trabajadores y, sobre todo, a los jóvenes. La independencia sería el único futuro que tienen a la vista.
El electorado independentista ha crecido. Una parte de los nuevos votantes se han ido a la Esquerra y otra parte al CUP. Algo más de 150.000. Esto significa que la incorporación de nuevos votos al censo, el que procede de la juventud, tendrá como salida natural a la Esquerra y al CUP. Con el tiempo el voto independentista irá aumentando. Y será más dinámico.»