“Los sucesos del 11-M, todavía tan turbios…”, escribía el 25.10.2012 el miembro de la Real Academia Española y articulista del periódico El Mundo, Luis María Anson.
Si es que aún no sabe de su existencia, a Luis María Anson le convendría conocer la HISTORIA DE UNA CONSPIRACIÁN, DOSIER ESPECIAL SOBRE EL 11-M publicada por la Revista CAPÁ‡ALERAdel Colegio de Periodistas de Cataluña.
Dada la amplitud del documento, transcribo sólo unos cuantos párrafos con la certeza de que una lectura detenida del dosier completo ayudará a comprender qué han pretendido algunos –y qué siguen pretendiendo algunos todavía– «enturbiando» los atentados del terrorismo islamista del once de marzo de dos mil cuatro.
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…Estas diferentes maneras de trabajar en una misma redacción han provocado que El Mundo alternara informaciones contrastadas con otras que no lo estaban, como por ejemplo, cuando el 3 de mayo del 2006, Fernando Múgica informaba erróneamente que “la furgoneta del 11-M tenia una tarjeta del Grupo Mondragón en el salpicadero” con la voluntad de subrayar la vía etarra, cuando en realidad se trataba de una cinta de la Orquesta Mondragón…
…Al cabo de pocas semanas del atentado, el 23 de abril de 2004, Múgica publicó un extenso artículo titulado “Los agujeros negros del 11-M” donde planteaba las lagunas del sumario. Su idea inicial no era que aquello fuera el comienzo de nada, pero el éxito del artículo en cuestión le invitó a convertirlo en una serie que se titula “Los agujeros negros”. Múgica también es el autor de la entrevista en exclusiva a Suárez Trashorras (ocupó tres portadas consecutivas y, como escribiría Casimiro García-Abadillo, “ha supuesto un garrotazo a la versión oficial sobre lo que ha ocurrido en el 11-M”) en la cual el exminero soltaba perlas como: “soy una víctima de un golpe de Estado que se ha tratado de encubrir detrás de las responsabilidades de un grupo de musulmanes y de los confidentes, cuando estaba todo perfectamente controlado por los Cuerpos de Seguridad”. Sus palabras quedarían desacreditadas poco después cuando se descubre que un año y medio antes de aquella entrevista, Trashorras, que sufre esquizofrenia, había dicho a sus padres que “si El Mundo me paga y estoy fuera, les cuento hasta la Guerra Civil”…
…Son informaciones como estas las que levantan ampollas dentro de la redacción de El Mundo. Según una fuente interna que prefiere mantener el anonimato, “había gente que no entendía que se diera tanta importancia a personas implicada en los atentados (en referencia a Trashorras). Este es un tema que se ha vivido con cierta preocupación”. Algunos periodistas de la redacción también se han mostrado desconcertados por la insistencia en algunos temas que no llevaban a ninguna parte, sobre todo por los “agujeros negros” de Múgica…
…Se trata de la marcha de Gumersindo Lafuente, que era director de Elmundo.es y que abandonó el periódico tras ser cesado por Pedro J. Ramírez el 18 de julio de 2006. Poco después, Lafuente reconocería a la revista Diagonal que las informaciones sobre el atentado habían marcado su salida del periódico. “Lo achaco a mi posición en contra de publicar algunas informaciones relacionadas con el 11-M que no pensaba que tuvieran el rigor necesario”, señaló Lafuente. Poco después, Borja Echevarría, subdirector de la versión digital (que tradicionalmente ha mostrado mucha independencia en relación a la versión en papel), también se niega a privilegiar este tipo de informaciones y es relegado a redactor jefe de internacional para, finalmente, acabar marchándose…
En cuanto a Telemadrid …en medio de todos estos cambios, en septiembre de 2004, la dirección de la cadena propone a Javier Bosque ser jefe de la sección de nacional. Este periodista, que llevaba diez años en la empresa, acepta tras pensarlo un tiempo, ya que no tenía experiencia en política nacional. “Me hacía ilusión”, admite. Le dejaron formar su propio equipo, pero con el tiempo se dio cuenta de lo que estaba sucediendo. “Hasta ese momento, en Telemadrid, no había habido una marcada línea editorial. A partir del 11-M, todo giraba entorno a eso”, recuerda. “El tema de la portada de El Mundo tenía que darse cada día”, señala. Sus reporteros de Tribunales e Interior se encargaban de contrastar la información de esas portadas. “Nos dimos cuenta que no había una base sólida, que lo que hacían era dar importancia a aspectos aislados del sumario”, afirma. Pero desde la dirección de la cadena les decían que aunque no hubiera una base sólida, tenían que dar aquella noticia. “En algunas ocasiones, al día siguiente, El Mundo se contradecía con lo que había dicho el día anterior y nosotros quedábamos en ridículo por haber dado aquella información”, recuerda. Poco a poco, Bosque fue entendiendo porque lo habían escogido a él. “Cuando te nombran para el cargo te crees que vales mucho. Luego te das cuenta que es porque creen que podía estar próximo ideológicamente a sus posturas y porque al no tener mucha experiencia era más moldeable”, admite. Toda esa situación le superaba. “Me desmotivé. Veía que, si seguía allí, acabaría haciendo cosas que no quería hacer. Estaba cansado. No me veía con fuerzas suficientes para pelearme cada día”, reconoce. Estuvo en el cargo hasta julio de 2005 cuando dimitió…
…Pero los problemas derivados del sesgo ideológico que se imprimía en la cadena desde la dirección no terminaron con los cambios vividos en los servicios informativos los dos años posteriores al 11-M. Uno de los casos más sonados de la cadena ha sido el de Germán Yanke, el popular presentador del programa Diario de la noche, que dimitió en octubre de 2006, unos días después de una entrevista a Esperanza Aguirre en la que ésta le recriminó tener una postura favorable al PSOE. “No me gusta que usted compre el discurso del Partido Socialista”, le dijo Aguirre en la entrevista. Al día siguiente ésta le llamó para disculparse (“me dijo que estaba muy cansada”), pero allí no se acabarían los problemas. Faltaban dos meses para que finalizara el contrato y tenían que decidir con la dirección qué hacían con Diario de la Noche. “Me decían que era necesario darle la vuelta al programa y una de las cosas que apuntaron es que no reflejaba adecuadamente las investigaciones de El Mundo sobre el 11-M.Pensé que si aceptaba sus condiciones me estaría bajando los pantalones”, recuerda Yanke. Poco después de su dimisión, Pablo Sebastián, uno de sus más estrechos colaboradores en el programa, explicó las presiones que recibían por parte de la dirección de Telemadrid. En un artículo (“La caza y la captura del Diario de la Noche”) del 9 de junio de 2006 que podía leerse en La Estrella Digital, portal que dirige Sebastián, éste escribía lo siguiente: “Manuel Soriano lleva meses presionando, y en los últimos días incluso con mensajes escritos, para que los responsables del programa se pongan en contacto y a las órdenes del director adjunto de El Mundo, Casimiro García-Abadillo, para que les explique la única verdad sobre el caso de lo peritos de ácido bórico y los documentos falsificados, así como sobre las instrucciones de Garzón, últimas obsesiones conspiratorias de este periódico. ¿Quién es Soriano para pedir a un informativo de la cadena pública Telemadrid que se ponga a las órdenes de El Mundo, insistiendo una y otra vez en que tenía que llamar a Casimiro?”…
Sobre Luis del Pino (que dio pie a la creación de los Peones Negros)…son muy críticos con lo que viene haciendo. Incluso una fuente de El Mundo reconoce que “en la redacción no se entiende que este señor sea el columnista que habla del 11-M”. Por su parte, Antonio Rubio, subdirector de El Mundo, responde categóricamente cuando le pregunta por Del Pino. Rubio es taxativo cuando se refiere al trabajo de Del Pino. “El cuerpo se me quedó muy mal cuando leí lo de los cadáveres congelados”, afirma Rubio en referencia a una de las teorías más inverosímiles de los conspiracionistas según la cual las Fuerzas Armadas y Cuerpos de Seguridad del Estado habrían engañado, drogado y asesinado a delincuentes comunes, los habrían congelado y les habrían hecho pasar como los terroristas de Leganés…
En cuanto a la Cope, ocurrió otro tanto de lo mismo …Es normal que informadores y políticos tengan relaciones cordiales. Sin embargo, en algunos casos es más que esto. “La relación de Jiménez Losantos con la dirección del PP es de un compadreo excesivo”, asegura Miguel Ángel Marfull, ex-redactor de la COPE. El problema de los largos encuentros entre Zaplana y Jiménez Losantos es que los dos han confluido en un mismo interés al abanderar las tesis conspiratorias que un sector minoritario, pero muy visible, del Partido Popular ha apoyado y que el locutor radiofónico ha propagado desde la cadena de la Conferencia Episcopal….
…En realidad, la COPE hacía tiempo que tenía a El Mundo como referente informativo, sobre todo desde la llegada de Antonio Herrero en 1993. Su repentina muerte y el posterior salto a la política como eurodiputado de Luis Herrero es lo que comporta que en el 2003 Jiménez Losantos coja las riendas del programa matutino. Es él quien potencia aún más la relación con este periódico. “La identificación de contenidos entre la COPE y El Mundo ha sido cada vez mayor. La radio ha hecho de altavoz de las informaciones del periódico porque Pedro Jota y Losantos tienen los mismos objetivos”, destaca Apezarena. Las informaciones propias fueron quedando, poco a poco, relegadas a una redacción hecha a la medida de Losantos y de los “diez millones de huérfanos del 14-M” a los que asegura dirigirse….
…Sin embargo no todos piensan que los principales abanderados de la versión alternativa estén tan convencidos. “Pedro Jota es demasiado inteligente para creerse la ‘teoría de la conspiración’”, afirma Alfonso Rojo, exsubdirector de El Mundo…
…El periodista y ex-decano del Colegio de Periodistas de Cataluña, Josep Maria Huertas, escribió un artículo (“Mentir y no saber perder”) en un número extra de Trípodos, la revista de la Universidad Ramon Llull –donde ejercía como profesor– un mes después del 11-M. En el artículo Huertas comparaba la actitud de los gobernantes del PP después del atentado con la situación que se había dado hacía una década. Sus palabras fueron premonitorias: “Lo peor sería que estuviéramos de nuevo en la antesala de una actitud manipuladora del PP, como ocurrió durante el último mandato de Felipe González, y se organice un frente informativo, por llamarlo de alguna forma, que vaya erosionando con insinuaciones y medias verdades al contrario. Si hemos de revivir las fechorías de lo que se conoció como el “sindicato del crimen”, sería necesario que nos preparásemos para saber denunciar estos usos tan antidemocráticos de la comunicación”. Es necesario mirar atrás para entender a qué se refiere. La derrota del PP en las urnas en 1993 no había sido digerida con facilidad por algunos sectores del partido y en Madrid se estaban moviendo muchos hilos. El 22 de agosto de 1994 un artículo de José Luis de Vilallonga en su sección semanal Cartas desde París de La Vanguardia se convertía en la noticia del verano. El texto, titulado “García Trevijano” hablaba de una conspiración: “Me revelan la existencia de una confabulación que pretende desestabilizar al Gobierno, provocar la abdicación del rey y proclamar una república de la cual sería presidente el ex-notario y hombre de negocios Antonio García Trevijano. Según mis informadores, los protagonistas de esta operación serían el susodicho García Trevijano, un conocido medio de comunicación poco dado a los escrúpulos éticos y que cuando lo cree conveniente roza abiertamente el amarillismo, un personaje allegado a Alfonso Guerra, cuyo nombre me reservo por medidas de seguridad y un ex-banquero que financia regularmente las campañas antigubernamentales emprendidas por el citado medio…
…Todo esto suena a broma pero no lo es. Me dicen que Luis María Anson, entre otros, se lo toma muy en serio”. Como era de esperar, el artículo dio mucho que hablar, aunque no todo el mundo se sorprendió de su contenido. “Cuando Vilallonga publicó aquel artículo todos sabíamos que eso estaba pasando”, recuerda Fernando Jáuregui, veterano periodista madrileño. Así pues, el texto del aristócrata servía para visualizar lo que algunos ya sabían y para dar a conocer lo que otros desconocían. La información de aquel polémico artículo no era un brindis al sol. El 13 de agosto de aquel año, tan solo nueve días antes de su publicación, un grupo de periodistas se reunió en La Quinta, un selecto complejo turístico situado a medio camino de los municipios de Marbella y Benahavis. Además de periodistas de renombre también se encontraba Antonio García-Trevijano y Mario Conde, tal y como Vilallonga había advertido en su artículo (aunque al segundo lo cita indirectamente). Ese encuentro sirvió para constituir la Asociación de Escritores y Periodistas Independientes (AEPI). El periodista Pablo Sebastián, que llegaría a ser secretario general de la misma, recuerda que fundó la AEPI “para denunciar los crímenes de estado y la corrupción”. Su consejo fundador estaba integrado por Luis María Anson, José Luis Balbín, Antonio Burgos, Camilo José Cela, Julio Cerón, Antonio Gala, José María García, Antonio García-Trevijano, Teodoro González Ballesteros, José Luis Gutiérrez, Antonio Herrero, Federico Jiménez Losantos, Julián Lago, Manuel Martín Ferrand, José Luis Martín Prieto, Luis del Olmo, Raúl del Pozo, Pedro J. Ramírez, Pablo Sebastián y Francisco Umbral, …aunque algunos como Del Olmo se salieron muy pronto. “Estuve tan sólo una semana. Cuando Pablo Sebastián me llamó y me dijo que querían reunirse para marcar las líneas maestras de lo que había de ser la democracia en España decidí desconectar rápidamente de todo aquello”.
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Luis del Olmo describiría más tarde con exactitud el contubernio: “estuve en la AEPI junto a otros ilustres colegas, pero en cuanto olimos la mierda que allí había salimos zumbando”. Leer más enEl sindicato del crimen
Luis María Anson haría bien en mirárselo, no sea que la turbiedad que ve en el 11-M sea el reflejo de la bascosidad generada por los desvaríos que sobre el 11-M publica el periódico en el que escribe.