Hoy con los “auténticos” .
Hay quien lo tiene todo el día en la boca: quien lo parece y no lo es, quien lo es y no hace falta ni que te lo diga, pues lo reconoces por sus actos.
Cuántas veces en mi trabajo de distribuidor de repuestos para equipos de bombeo, los almacenes de mantenimiento mecánico de las industrias cuando me compran, empiezan con formalidad y te hacen creer que son personas amigas y auténticas, pero cuando pasa algún tiempo, viene el “virus del egipcio” (las famosas comisionas bajo mano), extendido en la sociedad española en todas las capas y a todos los niveles.
Me refiero al temido “no llego a fin de mes, mira a ver si me puedes dar algo”… Un tanto por ciento de los pedidos que te haga, y ya entras en la dinámica de la voracidad de dichos individuos, que aparentaban ser auténticos y pasan a ser bandoleros, pero de aquellos a los que no les es suficiente contigo, porque cuando coincides con algún otro proveedor o taller que les sirve, resulta que también.
Esos no se ven en la tele, pero están muy extendidos en nuestro tejido industrial. En mi sector, que son los mantenimientos industriales, crecen como enanos, vamos que das una patada al suelo y por todos lados salen, desde el mecánico, hasta el jefe de taller.
Cualquiera que intervenga en el proceso de montaje de la pieza la puede romper y decir que no vale y así sucesivamente. Ahora que tenemos todo informatizado y los stockages se controlan por ordenador, cuando en alguna pieza se alcanza el stock mínimo se genera un pedido que automáticamente me salta a mí y yo lo envío a mi mayorista que se encarga de servirlo al cliente. Aún así, sin visitarlos apenas, o muy pocas veces al mes, todo continúa igual, te crees el único que les sirve las piezas, pero del mismo sector tienes a otros cuantos que les sirven, todos con su cuota correspondiente. Por eso digo yo: ¿Auténticos? ¿Quién? Yo hago mal en servirle, pero habrá que comer.Por ello la corrupción es un mal endémico del cual solo vemos los grandes escándalos de políticos pero lleva instalado en nuestra sociedad muchísimos años moviendo muchos millones ,es un grandísimo fraude de dinero negro,que es dificilísimo de perseguir y sacar a la luz.
Luego hablemos de mi labor como terapeuta, mis escritos, mis intercambios de opiniones y charlas en este sector determinado, donde tendría que haber un objetivo común, ¡que va!, abunda la figura del “auténtico”, el que sabe más que nadie, con el que es imposible el diálogo, el que no transige. No le lleves la contraria porque pasas a su “lista negra”, hasta llega al insulto más doloroso que uno puede recibir que es: “eres un drogadicto” o “un borracho” o “un loco”. Las palabras se dicen y no se disuelven en el aire, ahí quedan dentro de la persona, menoscabando su autoestima. Y ayudan a los demás y aconsejan, son “auténticos” sólo cuando les das la razón, luego… luego ya es otra triste historia. Y los que sacan beneficio de las familias de los toxicómanos, que bajo una sotana esconden el olor a azufre, que te engañan con la palabra de Dios y que crees que son personas “auténticas”, a esos ¿por dónde se les coge? Esta sociedad que cuando se desespera se agarra a cualquier discurso embobados con los que son falsos y aprovechados manipuladores, y los llamamos “auténticos”. Me saturo, pues son muchos y muchas los y las que se esconden detrás de lo “auténtico”.
De política no voy hablar porque ya huele. Y de enfermos, como yo, tampoco. Porque en su enfermedad, cuando todavía no han salido de ella, no les puedes pedir que sean consecuentes con sus actos y lo que puedan expresar. Voy más lejos, mucho más lejos .
“Auténtico” y por detrás te pone verde. “Auténtico” y cuando puede te la juega. “Auténtico”, confías en él, le defiendes y te engaña.
Sí, hay auténticos, claro que los hay; pero no se lo dicen a nadie, no se ponen medallas, son personas nobles, capaces de reconocer sus errores, pedir perdón, no guardar rencor, luchan por los demás, son honrados, ayudan en lo que pueden y les dejan tranquilos. Cometen errores como todos; pero están prestos a reconocerlos y subsanarlos. Para mi, esos son “auténticos”, y son mis amigos de verdad y ellos lo saben, no hace falta que se lo diga.
Otros se venden como “AUTÁ‰NTICOS”, los compras y cuando miras la etiqueta pone: “MADE IN CHINA”, y te defraudas porque te sientes un tanto engañado. ¿Cuántas veces nos ha pasado? Y nos pasará.