Una de las personas que están demostrando ser de las más creíbles del Estado Español es el príncipe Felipe. La última semana se vio obligado (después de siete horas esperando) a cancelar su vuelo a Brasil, donde debía participar junto algunos ministros y empresarios en un foro internacional sobre economía. Da la impresión de que el mantenimiento aéreo ha sufrido tantos recortes como las demás cosas que podrían hacer brillar la Marca España.
Se habla mucho de la Marca España, algo que el Gobierno está muy lejos de saber lo que en verdad supone…
¿Cómo es posible que se renueve un contrato de basuras por un coste inferior al que estaba en vigor, sin darse cuenta de que supondría el despido de 1.300 trabajadores y una disminución del 40% de sus salarios? ¿Quién puede vivir con 700 euros y trabajar el doble por la disminución de la plantilla? Se echan las culpas a los trabajadores por tener las calles de Madrid apestando durante 13 días, mientras al turismo se le llenan los ojos con el brillo opaco de la Marca española…
Por desgracia, en los últimos dos años, nuestro país ha vuelto la emigración. Miles de españoles se marchan cada mes a Centro Europa y a Latino América. Me pregunto ¿cómo es posible que un país como el nuestro, pueda poner vayllas con cuchillas en las fronteras, ‘para disuadir’ a jóvenes que intentan buscar, al igual que los nuestros, una vida mejor para sus familias, saliendo heridos en su desesperación o perdiendo la vida en el intento?
Recojo las palabras del Papa Francisco: ¡VergÁ¼enza!