EL CRISOL – Pascual Mogica Costa
No es que estemos de fiesta precisamente, pero la realidad es que cuando nos hemos olvidado, momentáneamente, de todo lo que nos está pasando, me refiero a los malos tiempos que corren, enchufas la “tele” y te encuentras con la imagen de Mariano Rajoy recitando su letanía, la misma de siempre, a través de la cual se preocupa de que volvamos a recordar que las cosas no andan bien, algo que todos sabemos. En definitiva, que Mariano se encarga de aguarnos la fiesta, lo que cuadra bien con su imagen y con su forma de actuar. No lo voy a calificar de cenizo, pero la cosa anda por ahí.
Mira usted Mariano, si hay algo que precisamente no necesitamos en estos momentos los españoles es que alguien nos venga metiendo el dedo en el ojo de forma reiterada. ¿Sabe usted Mariano, lo que necesitamos los españoles? Yo se lo digo porque está claro que usted ni lo sabe porque usted es incapaz de transmitir algo positivo y que es lo que nos está haciendo falta a todos los ciudadanos. Usted no sabe transmitir ilusión, fe, esperanza y confianza, y no es capaz de ello porque usted no tiene nada que ofrecer, eso se ve a la legua. Usted Mariano, no sabe por donde “coger al muerto” y lo que necesitamos los españoles es que alguien nos haga sentir esos sentimientos a los que antes me he referido y usted, está claro, no es la persona, o el político, que se precisa en estos malos momentos. Cuando a los desafortunados se les hace ver insistentemente que son unos tales, pueden ocurrir dos cosas: Una de ellas que se sientan más desafortunados y la segunda que rechacen a aquel que de forma constante les recuerda su infortunio.
Mire Mariano, si usted gana las elecciones en 2012, aparte de significar que Dios nos ha dejado de su mano a los españoles, se puede anticipar lo siguiente: Su gestión al frente del Gobierno será la de, durante los dos primeros años, quejarse de la “herencia” que le han dejado los que estuvieron antes y comoquiera que de la fecha en que nos encontramos, febrero de 2011, habrán transcurrido tres años, hasta 2014, es posible que la cosa mejore, porque los males, como todo en esta vida, no son eternos y entonces pueda usted “alardear” de su “buena” gestión. Es decir, presumir de algo que no se ha hecho porque quien no se marca objetivos, y es evidente que usted no los tiene señalados por pura incapacidad, no puede alcanzarlos nunca, puede avanzar pero está claro que va sin rumbo fijo y eso al final lleva al peligro de adentrarse en un laberinto y por tanto a perderse en su interior.
Mariano, haga usted al favor, cambie el disco que ya lo tiene rayado, y aunque sabemos que usted no es precisamente la alegría de la huerta, haga un esfuerzo, pero un esfuerzo que no le cree una hernia mental, y a ver si nos anima un poco en vez de recordarnos la mala fortuna que tenemos. Eso ya lo sabemos.