El gran economista Galbraith dijo: “Para manipular eficazmente a la gente es necesario hacer creer a todos que nadie les manipula”.
La Calle refleja las mentiras e incongruencias… Foto: Jose Téllez
Y el “gran comunicador” trata de vendernos la salvación… Ahora la banca pública va a ayudar a las pymes, que van a tener crédito gracias a un invento que se les ha ocurrido, la emisión de Bonos (= pagarés!) por parte de esas “pobres” empresas. Acaban de descubrir el agua caliente. Los empresarios pequeños llevaban años haciendo filigranas para financiarse (¿Ha oído Mariano hablar del “peloteo” con las famosas letras de cambio?)…
Es obvio que el equipo económico “mariano” es para quitarse el sombrero…
Las pequeñas y medianas empresas van cerrando el negocio porque el crédito sigue sin fluir y muchas de ellas se encuentran entre la espada y la pared. Y desde el comienzo de la crisis económica más de 500.000 trabajadores por cuenta propia han cesado su actividad…pero
Pero el “gran” Mariano Rajoy ve la luz al final del camino. El presidente del Gobierno mantiene que bajará impuestos ¿Cuándo?… y promete dar la batalla para que el crédito llegue a las pequeñas y medianas empresas. Rajoy ha anunciado que las pymes podrán agruparse y emitir bonos para poder financiarse y que habrá desgravaciones de hasta 20.000 euros para todo aquél que invierta en pequeños negocios…
¿No les suena todo esto? … Donde dije digo, ¡digo Mariano!
En el debate electoral Rajoy le decía a Rubalcaba “Yo no soy como usted… Le subió el IVA a la gente y no lo llevaba en el programa… Yo, lo que no llevo en mi programa, NO LO HAGO” (Noviembre 2011).
Mariano Rajoy asegura que las medidas que está tomando su Gobierno, comienzan a dar sus frutos… El presidente afirma que “aún quedan momentos difíciles, pero os digo que hay luz, ya, en el final del camino que estamos recorriendo”.
¿Puede creer alguien que la liquidez va a llegar realmente a los ciudadanos? ¿Tiene el equipo económico de Mariano credibilidad? ¿Alguien lo entiende?…
Claro que lo entiendo. Incluso un niño de cinco años podría entenderlo. ¡Que me traigan un niño de cinco años! (Groucho Marx)
