Política
Estoy a la vera del teléfono fijo de casa sin salir, porque quién sabe si, dada la movida, alguien podría llamarme para pedirme el voto directamente (telefónicamente) o incluso para ofrecerme un cargo representativo, si emito un voto favorable a su corriente.
Razones para esperar:
1. Esta mañana, en la sala de espera de urgencias del hospital general de mi ciudad, me saludó un paisano con afecto, recordándome, hablando de política, cómo en su comercio yo hice campaña. Efectivamente a su tienda, como a tantos otros comercios, hogares y lugares, pasé a saludarle, felicitarle por autónomo, animarle en su oficio, decirle que el alma comercial de la ciudad se enseñoreaba en su diario quehacer y de paso, a quienes en el comercio compraban, me dijo, les animé a que fueran fieles clientes del establecimiento.
En este ajetreo, Diciembre-Junio y SS, de grandes líderes pensaba yo que las alcaldías y las candidaturas a ellas serían avanzadilla de la Política Participativa, que se añora cada vez más. Mirad por qué también lo digo.
2. Me pregunta mi médico, al visitarle esta mañana, por qué acontece en los Partidos. Yo le respondo, tras preocuparme, claro está, por mis parámetros de salud que él entiende mejor, que el secreto está en el dialogo. Porque la Política es “participación”, como lo es la Á‰tica, de la que una práctica es la Política. Protágoras de Atenas sofísticamente defendía que lo que es bueno o malo lo decide la Asamblea.
Tal vez habrían de convocarse Cortes Constituyentes. Habiendo consensuado previamente un Gobierno que las convoque.
