El pasado octubre escribí un artículo sobre este tema y en noviembre, igualmente del 2010; escribí otro; los interesados los pueden leer en mi Web, donde están fechados y es fácil localizarlos. Visto el histerismo gubernativo (memoria histérica lo denominé en otro artículo) del nefasto Zapatero y el que, habiendo sido repudiado por la mayoría de españoles, aún insiste en borrar de la historia hechos imborrables.
Por ello debo insistir… y lo hago como español (sin haber militado nunca en política) y además como víctima de aquella maldita guerra civil, donde hubo canallas execrables en ambos bandos… como igualmente hubo, buenas, buenísimas personas, e incluso héroes… y todo ello conforma una historia, que hay que conocer… para precisamente sacar las enseñanzas verdaderamente humanas y positivas para que no vuelva a repetirse aquello; cosa que “los de la histeria”, no hacen puesto que ese movimiento, no era otra cosa que “remover fangos” (crear tensión le dijo el nefasto y devastador Zapatero a Iñaki Gabilondo, en un memorable descuido televisivo) para obtener votos de los que son fácilmente manipulables; no de los inteligentes que ya saben de que va “la histeria”; y a la vista está el vapuleo electoral que ha recibido; que yo considero ha sido demasiado poco.
¿Por qué, pues se cierra el Valle de los Caídos y todo su complejo? ¿Por qué lo mandó hacer Franco? ¿Es por ello por lo que hay que destruirlo o cerrarlo para que se pudra en el olvido? ¿A quién beneficia ello? ¿Sólo a los idiotas que lo han perpetrado? Seguro que a ellos tampoco, puesto que cualquiera “medio tonto”, entiende que… “al menos de lo perdido saca lo que puedas” y ese no es un bien perdido, ni mucho menos. ¿O es que también se va contra la religión Cristiana y se quiere echar de allí a los monjes y que no acudan los miles y miles de fieles que allí van a orar en un silencio civilizado que marca un ejemplo a “otros ritos”?
Máxime en la situación actual y en cómo se encuentran los puestos de trabajo, la hostelería en general, principalmente el hospedaje y todo lo que conlleva el traslado o masiva visita de viajeros, con su gasto diario y el añadido de compras de recuerdos o de caprichos que se llevan para casa. El auge del turismo (que también lo consiguieron los gobiernos de Franco) a pesar de todo, es uno de los pocos y grandes ingresos que aún cuenta esta ridícula españa, que quiere destruir el hoy monumento más visitado de los de toda España. En ese monumento hay muchísimos empleados oficiales que pueden cobrar una nómina segura cada mes, precisamente por que existe el mismo.
Y que nadie me diga que aquello ya es algo para el sólo goce de los nostálgicos; que por otra parte la mayoría ya están muertos o a punto de ello.
Cuando yo estuve y siendo un día normal de entre semana, había cantidad de visitantes de diferentes partes de España, pero también había extranjeros de países de habla hispana, de diferentes naciones europeas… y hasta pude ver, grupos de… ¡Chinos y Japoneses! Amén de algunos aislados asiáticos de otros países… ¡¿Qué que aquellos también venían a adorar a Franco o a José Antonio Primo de Rivera!?
Estos imbéciles políticos pareciera que gobiernan para otros mucho más tontos que ellos y que con estos hechos, se van a afianzar en sus ya desahuciadas poltronas; puesto que esa es la realidad, siguen estando en ellas, pese al desahucio que ya les ha otorgado la mayoría de españoles y se mantienen, por el desastroso empleo que del dinero y bienes de todos, han hecho (y piensan seguir haciendo) en beneficio de un sostenimiento gubernativo que hagan lo que hagan, ya está condenado al relevo.
Así es que lo mejor es abrir y cuanto antes, El valle de los Caídos (caídos de toda la geografía española, que es lo que aquello moralmente quiere significar, para la gente normal y corriente y con algunos sentimientos patrios); y que los monjes puedan seguir diciendo misa en aquel enorme (aunque bastante lúgubre) templo y que allí acuda el que quiera y como quiera, siempre que lo haga de forma civilizada y respetuosa; y que allí sigan trabajando los cientos de empleados que de ello viven y que allí siga llegando el masivo turismo que lleva muchos años llegando y que sigan comprando “lo que les quieran vender”, en aquella caseta o tienda que hay a la salida; que por descontado, cuando yo fui… “allí no había nada alusivo a Franco, ni tampoco a su vecino de tumba; José Antonio y su Falange”; cosa que tampoco entiendo, puesto que “como principales inquilinos” de aquel cementerio, merecen un respeto, puesto que ambos representan nada más y nada menos, que hechos relevantes (positivos o negativos) de la Historia de España, como igualmente los representan, Negrín, Azaña y tantos otros de los que militaron en la parte contraria y que igualmente merecen su estudio y su memoria… sencillamente… para que nunca más se repitan todas aquellas miserias, que sufrieron y sufrimos, millones y millones de inocentes españoles, que fuimos los que de verdad… “pagamos tan nefasto y enorme pato”.
¿O es que pretenden llevar a la juventud actual, otra vez a las trincheras y que continúen las masacres y venganzas?
No digo hoy nada que no dijera entonces y que he venido diciendo hace décadas.. Quizá puede ser discutible si se debió o no edificar, en aquellos tiempos de hambres y penurias… pero una vez edificado… hoy es como UN ENORME TESTIGO HISTÁRICO DE LO QUE NO DEBE VOLVER A REPETIRSE; es por lo que debemos y tenemos la obligación de conservarlo.