Sociopolítica

MATRIMONIOS, PAREJAS Y SUS GUERRAS PARTICULARES

Mis artículos suelen ser polémicos y sobre todo los tocantes al ser humano o mejor dicho “a la pareja humana”. Discuto y discutiré mientras viva, el que “eso que hoy se toma como lógica o políticamente correcto” (nace de unos nefastos políticos y sigue por que los otros lo consienten)… de que el hombre y la mujer son iguales; y no… admito que son semejantes pero nunca iguales y ello es simple, el macho no puede ser engendrado y parir como sí que lo hace la mujer… amén de otras muchas desigualdades que dejo para que los busquen los interesados en el tema.

No entiendan “los que seguro se me van a tirar al cuello”, el que estoy hablando de salarios; puesto que a igual trabajo igual salario y libremente, que cada cual se dedique a lo que quiera o pueda, pero ello claro y escueto sin más concesiones; por tanto yo eliminaría hasta lo de los servicios higiénicos… ¿no se preconiza el unisexo pues con unos servicios únicos que sirvan para todos? “eso sí con separaciones para individualizar sus usos”, pero no… “eso tan antiguo de… señoras y caballeros” ¿No vamos a la igualdad? Pues igualdad para todos… “yo todos llevan los pantalones”.

Está ocurriendo una cantidad de batallas entre parejas, que esto ya más mueve a risa que a considerar este aluvión de irresponsables, puesto que para mí está claro, cada cual y llegado el más mínimo roce (en las uniones matrimoniales o de “arrejuntaos” como antes se decía) se empiezan “a tirar los platos” (cosa que siempre fue así) y terminan ante un juez al que inundan de demandas y derechos, sobre todo la mujer, que como ya sabemos… “es la esclava del hogar” y por tanto “hay que condenar a galeras al verdugo del macho” y sin más consideraciones que las que pueda darle “la mucho más generosa mujer”; puesto que los jueces y a la vista de lo que está ocurriendo, ya y nada más entrar la pareja ante su presencia, es claro que están predispuestos a condenar al macho y a escuchar y asumir todas las quejas que la mujer le plantee, pues no faltaba más tal y como está la política y lo necesario del voto femenino, pues hay muchos más votos femeninos que masculinos y además a la mujer se la suele manejar mucho mejor.

Por todo ello y para evitar al máximo estos conflictos que más de una vez y más de dos, terminan en malos tratos asesinatos producidos por el más bruto macho, que suele suicidarse después… la hembra cuando lo hace no he conocido caso de que se suicide… ¿por qué será, si dicen que son iguales?  No, la hembra es mucho más astuta o inteligente y siempre sabe lo que hace, cómo lo hace y cuándo lo hace… “el cornudo es el último en enterarse y cuando se entera”, pues muchos no logran saberlo nunca.

Digo que para evitar al máximo estos enfrentamientos; el denominado contrato matrimonial (que es eso un contrato como el que se hace cuando se compra cualquier utensilio de larga duración)… debiera llevar anexo y por duplicado (una para cada parte) un listado de obligaciones de cada uno de los componentes de ésta “sociedad” (es una sociedad comercial más: pues eso de que “contigo pan y cebolla”, ni existió, ni existe, ni existirá) para llegado el momento de discutirlo, sacar cada cual su copia y exigir el cumplimiento de lo allí escrito.

Así quedaría claro quién hace las camas, lava la ropa, el suelo, los platos, limpia la caca a los niños, saca el perro a pasear y claro está a los niños; cantidad que cada cual aporta para el sostenimiento familiar, vacaciones, colegios y hasta… “para el féretro si es que uno muere antes que el otro”. En lo que a mi respecta y como ya soy viejo, aguantaré con el sistema antiguo, eso sí… “discutiendo cada día que amanece con mi parienta y así ya llevamos más de cuarenta años”, espero que nos sigamos aguantando.

Por todo ello y reiterándome una vez más y digan lo que digan y lo hagan como quieran; yo digo que… en la vida humana al igual que en el resto de mamíferos que pueblan el planeta; la hembra tiene una misión y el macho otra y que lo marca algo que ni sabemos. Pero como en el ser humano hay «eso» que se denomina inteligencia; lo que debieran hacer antes de unirse, es establecer un contrato de obligaciones mutuas y conservar una copia cada parte, para caso de no cumplirlas entonces entrar en litigio, pero de ninguna de las maneras que esas obligaciones las impongan los políticos. La inteligencia de la pareja a convivir es la que debe delimitar campos y comportamientos. Punto.

Sobre el Autor

Jordi Sierra Marquez

Comunicador y periodista 2.0 - Experto en #MarketingDigital y #MarcaPersonal / Licenciado en periodismo por la UCM y con un master en comunicación multimedia.