Sociopolítica

Medios de Comunicación: Cultura, Progreso y Libertad (y II)

Los medios de comunicación han nacido con el solo propósito de ayudar a la sociedad, proporcionando una información veraz,  imparcial y objetiva a cada ciudadano. Cierto es que a nadie le gusta la mentira –más aún cuando es a él a quien mienten-. Los hechos construidos con medias palabras, alterando grotescamente la realidad de los casos basados en acontecimientos falsos, hieren; cuando lo suyo sería que atravesase la piel de la verdad. Sin embargo, no siempre ocurre así: “Al reportero su jefe no le pregunta si la noticia que trae es reveladora, sino si es interesante y la puede vender”, dijo en una ocasión Ryszaro Kapuscinki [periodista, escritor, ensayista y poeta]. Pienso que serán escasos los que apoyan esta teoría,  aunque, aisladamente, pueda darse el caso de que suceda;  pero la mayoría de los periódicos y de los Consejos de la radio y la televisión trabajan en base a una ética que debe brillar siempre por encima de ese egoísmo que alimenta el deseo de que cada día se hagan tiradas de mayor número de ejemplares.

Medios de comunicación

«Los medios impuros, desembocan en fines impuros» Mahatma Gandhi. Foto: MaloMalverde

Pero sí es cierto que comulgo con el honroso principio de creer que el periodismo es pilar fundamental en el ejercicio democrático, hijo natural de su propia grandeza. Aunque pese a lo dicho, existen medios de comunicación cuya objetividad se deja arrastrar cuando se declaran abiertamente partidarios de ciertos partidos o del propio Gobierno de turno, para cuyos planteamientos no existe ni la crítica, ni la objetividad, ni mucho menos la imparcialidad, sino su admiración y todo su apoyo a cuanto se publica en el Boletín Oficial del Estado. Y frente a este descarado y continuo asentimiento, hemos de hacernos eco de las palabras de Gabriela Caños: “La extrema debilidad de los medios perjudica a la libertad”. Así es. Lo malo es que muchos ignoran –o quieren ignorar- hasta qué punto perjudica.

   Nada hay nada nuevo bajo el sol. En la época romana ya existía la corrupción. E igualmente en el reinado de las muchas monarquías reinantes en Europa. Y, sin embargo, pese a los siglos que nos separan, mi convencimiento es que, frente a honrosas excepciones, cuando parece que más crecemos en libertades democráticas, menos son los partidos y gobiernos trasparentes que actúan de acuerdo con los preceptos legales, aunque en apariencia estén controlados. Y nuevamente los medios de comunicación vuelven a jugar un papel de capital importancia –no solo en el amplio y repugnante campo de la corrupción-, en el intervencionismo de las políticas aplicadas por el gobierno de turno.

Sabido es por la mayoría de la ciudanía que no solo hay un gran desapego entre políticos y ciudadanos, sino que han crecido también mucho ciertos medios de comunicación. Y eso no es bueno. Ni en lo mucho como en lo poco. Tanto si se trate de un medio de mucho poder mediático como si no.

De momento, casi todos los periódicos digitales subrayan que son independientes. Si eso fuera cierto, se podría añadir a otra cosa buena: que uno se entera de las noticias cuando ocurren, no al día siguiente.

Sobre el Autor

Jordi Sierra Marquez

Comunicador y periodista 2.0 - Experto en #MarketingDigital y #MarcaPersonal / Licenciado en periodismo por la UCM y con un master en comunicación multimedia.