Una conversación
“Como en el folklore, cuando el pobre no mata, baila†dice en  Elecciones primarias Eduardo Mendoza. Ahora, en el Mediterráneo, no se baila. Conferenciante  en Orihuela (Alicante), ciudad de Miguel Hernández, (Vientos del pueblo me llevan),  tuve la ocasión de la siguiente conversación discreta con el alcalde de Belén:
- Me dijo él: hay dos equipos de fútbol en Belén (uno de judÃos, otro de palestinos) y juegan y acaban el campeonato y se divierten.
- Si los interlocutores sobre los derechos de los pueblos, le dije,  en lugar de los jefes de Estado  fuéramos los alcaldes, habrÃa mejor entendimiento sobre el Mediterráneo.
- Sin duda, me respondió.
Una alcaldada
A la ciudad que me eligió alcalde procuré dar alma poniendo flores en los parterres de las plazas; me eligieron avalado por el triángulo cómplice de Altozano (la plaza de mi ciudad), Zocodover (la plaza de mi Comunidad),  Grand Place (la plaza de Europa). Y tres mandatos inspiraron al gobierno municipal, diseñando la ciudadanÃa participativamente el presupuesto, en democracia abierta.
Propuse, ya parlamentario,  una “Escuela de CiudadanÃa por el Mediterráneo†con sede en el Gran Teatro Cervantes de Tánger. (El Proyecto Cervantes está por ser comprendido).
Una idea
Por el luto que sufro (huidos de las guerras,  la OIM contabiliza 3.771 muertes  en el Mediterráneo en 2015  y más de un millón de llegadas  por mar) permÃtaseme reivindicar la idea de la Fundación Baile de Civilizaciones, brindándoos el texto de José Monleón, presidente de honor de la misma:
“Más que una realidad polÃtica o geográfica, el Mediterráneo es una memoria y una utopÃa. Memoria en la que conviven dioses y civilizaciones, tinieblas y esperanzas, pueblos muy distintos que creyeron poseer la interpretación definitiva de la historia. Sobre el mismo mar y parecidos paisajes se superponen mundos que llegan a nuestros dÃas como un turbulento legado, que solicita, una vez más, la anhelada armonÃa. Frente a un planeta al fin presente para todos los mortales, el Mediterráneo alza su leyenda inacabable en el camino del gran encuentroâ€.
Si queréis eficacia, llamad a vuestra alcaldÃa.