Libertad = Memoria y Consciencia*
Memoria y consciencia en interacción mutua con la realidad son factores esenciales de la vida. Es a través de ellos que nos re-conocemos e interactuamos con el medio natural y social, del que abrevamos nuestra identidad humana.
Cuando la memoria decae, se vulnera nuestra esencia y, la propia consciencia, va acompañándola trágicamente hacia el tenebroso lugar de la inexistencia. En este estado, nuestra acción con el medio (natural-social) se torna tan errática como confusa. Dejamos de ser un “nosotros” construidos dialécticamente a través del tiempo, mutando en seres cuasi inertes…”muertos que caminan”.
En el transcurso de mi vida, la decrepitud de algún familiar o conocido, suele interpelarme sobre la impronta y su justo valor, que tanto la memoria como la consciencia, posee en el acto de vivir.
La “medida” de la Libertad, podríamos definirla como la resultante de estos dos vectores: Consciencia y Memoria. Negar u amordazar algunas de estas, implicará irremediablemente una contracción del estado libertario humano.
La consciencia, como acto permanente de pensar nuestras interacciones con la realidad, va construyendo a través del tiempo, identidad personal y social. Aceptando al “diferente”, nos reconocemos “iguales” en tanto perteneciente a la naturaleza humana en común, así como también, sobre nuestras particularidades en el devenir de vivencias disímiles.
Es a partir de la condición común de seres humanos por naturaleza, que pueda darse plataforma alguna a quienes quieran imponer su propio arbitrio por sobre los demás.
¿Desde qué pedestal podrá argumentarse someter un ser humano a otro, si no es a través de la coacción y/o organización social de casta privilegiada en detrimento de otra?
Aquí, comienza a relativizarse el concepto Libertario.
Mi parecer, sería buscar la razón (consciencia) hallándola allí: en la conformación y evolución de las organizaciones sociales, volcadas en bibliotecas enteras llenas de estudios científicos- filosóficos-culturales en siglos de historia…o sea, a través de la construcción de la “memoria histórica de la humanidad” y, sin ambages.
Las prohibiciones de publicaciones y quemas de libros, históricamente han sido –los hay aún en algunas regiones del planeta-, producto de una enfermedad social-política y económica de avanzada senectud. Intentar eliminar nuestra memoria y consciencia histórica… ¡Un atentado a la Libertad!, del que jamás podrán deshacerse, por imperio natural de supervivencia misma en nuestra condición humana.
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* Artículo escrito instante antes de conocerse la muerte del ex oficial nazi, Erich Priebke, quien fuera condenado en el año 1998 por su responsabilidad en los crímenes denominado «Matanza de las Ardeatinas», donde fueron fusiladas 335 personas el 24 de Marzo de 1944.