Como en la novela de Dickens, las “grandes esperanzas” que el mundo económico abrigaba rezando al BRICS (Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica) parecen desmoronarse lentamente. Ninguno de los cinco países consiguió mantener índices de crecimiento sostenido (y mucho menos creciente) respecto de años anteriores. La crisis global desatada en 2008 por las subprimes en EEUU bajo la égida republicana del inolvidable gobierno de Bush (h) parece no conocer fondo. Si bien la economía de EEUU consiguió mejorar sus cifras, está lejos de alcanzar la estabilidad que necesitan los tiempos proselitistas. Este año el ciudadano/a americano votará con el bolsillo. Si los indicadores de desempleo repuntan, ganará Obama, si los guarismos financieros golpean Wall Street, el desabrido Romney se quedará como huésped en la Casa Blanca. Y con eso seguiríamos intentando apagar el
fuego con kerosene rebajado porque la gasolina está muy cara.
En este week-end los italianos hablan de tasas bancarias. El verano fustiga, bajo el cielo del Lacio el sol arrecia sin piedad y recuerda un poco las siestas correntinas. El Banco Central Europeo, espejo neurálgico de las finanzas de Europa, redujo la tasa de referencia para créditos bancarios al menor nivel que se recuerde en décadas: 0,75%, el Banco de China redujo las tasas de interés por segunda vez en lo que va del mes y el Banco de Inglaterra inyectó 78 millones de dólares en el sistema financiero. Todos desesperan por estimular la producción de bienes y servicios para así aumentar los ingresos y reducir la escasez de trabajo que azota en forma desigual pero sostenida a todos los países de la Eurozona con especial saña en Italia, España, Grecia y Portugal.
¿Qué dice el FMI, devenido oráculo del liberalismo más acendrado y añejo? La directora Lagarde aprobó la dirección de las nuevas medidas adoptadas en la reciente cumbre de Bruselas (la recapitalización directa de los bancos en severo riesgo de quiebra por parte de los organismos de rescate sin la intervención de los gobiernos) pero advirtió que no sólo la moneda debe ser común en la Eurozona, también se necesita una unión bancaria y presupuestaria (fiscal) siempre a cargo de la planificación de su querido FMI.
El gobierno de Monti anunció recortes en salud, educación, sueldos y uso de vehículos oficiales. Los sindicatos preparan medidas de fuerza especialmente en el norte industrializado: estos lombardos siempre han sido revoltosos.
El imponente Domo de Milán sigue siendo un prodigio de belleza hecho de mármol. La fachada este, en restauración, luce las gárgolas con las fauces abiertas tras esas finas telas de media sombra que cubren las construcciones. Entre pináculos y apóstoles que se combinan en la altura, los demonios babeantes parecen advertir que aún en medio del bien, siempre hay un brazo del FMI dispuesto a torcer el cogote de quienes no firmen su pacto fiscal.
ALEBOVINO, MILÁN, JULIO 2012.