EL CRISOL – Pascual Mogica Costa
Mucho se han escandalizado algunos por lo de la moción de censura que los socialistas han presentado en Benidorm. La gente del PP ha puesto el grito en el cielo olvidándose de que esa alcaldía la obtuvieron en 1991 beneficiando a Zaplana gracias a una tránsfuga del PSOE, llamada Maruja Sánchez, y que, además, han obtenido, entre 2004 y 2009, ocho alcaldías, gracias a los tránsfugas, en la provincia de Alicante.
Es cierto que existe un pacto anti tránsfugas, firmado el 1998 para que esto no ocurra, pero aquí, en la provincia de Alicante, el PP se ha ciscado ocho veces sobre ese pacto, sin contar la intentona fallida que protagonizaron en Elche.
Una de las sanciones que señala el pacto para todos aquellos concejales que presenten una moción de censura apoyándose en tránsfugas, es la de que estos no pueden figurar en lo sucesivo en las candidaturas de su partido. Aquí, en la provincia de Alicante, los del PP se han orinado sobre esta sanción.
Si nos atenemos al sentido ético, a la elegancia, o a la gilipollez, vaya usted a saber, nos encontramos con que el PSOE jamás ha puesto en sus listas electorales a ningún imputado por presuntos delitos, en cambio el PP no ha tenido inconveniente alguno en hacerlo. Es interminable la lista de alcaldes imputados que han repetido en las listas del Partido Popular. ¿Y qué? No ha pasado absolutamente nada.
Los que me conocen a fondo saben que yo, en esto de la política, siempre tengo muy presente una cosa: “Si te tiran con cañones, tú no puedes tirar confetis porque al final te revientan”. Eso es lo cierto. Esa es, desgraciadamente, la realidad en política. No se puede imitar al adversario en aquellos casos de corrupción en los que se vea envuelto, eso jamás, pero no pasa nada si empleas ciertas formas de hacer política. La política no es cosa de santos inocentes. En la política o andas muy vivo o te las dan todas en el mismo carrillo. Yo no creo en eso de que hay que poner la otra mejilla porque lo que al final sucede es que en vez de una bofetada te llevas dos. Esto nadie me lo puede negar. Todo esto me trae el recuerdo lo del “Tamayazo” que llevó a Esperanza Aguirre a la presidencia de la Comunidad de Madrid en una segunda vuelta que jamás debió de producirse, pero desde el PP tiraron con cañones mientras desde el PSOE echaban confeti y aleluyas.
¡No corráis! ¡Confiad en el Señor! Se decían, unos a otros, los cristianos que eran echados a los leones en el circo. Al final todos acababan devorados por las fieras. Sus rezos, sus plegarias, no servían para nada. Lo que les hacía falta eran armas para defenderse de las bestias. Los mártires no eran violentos. Todos eran santos. Pero todos murieron.