Karma

Monje apaleado

En la antigua China, los monjes siguieron la costumbre del Buda de agruparse en monasterios durante la época de las lluvias para dar expresión visible a la comunidad, o shanga, uno de los tres tesoros del budismo. Éste se enriqueció y transformó en contacto con el Tao y juntos dieron nacimiento al Chan que habría de convertirse en Zen cuando llegara al Japón y asumiese las riquezas del shintoismo.

Monjes budistas

Monjes en el Monasterio Sera en Lhasa Tibet Foto: Rafael Gomez-http://micamara.es/

Pues bien, estos monjes se llamaban mendicantes porque, aún en tiempos de lluvias, salían al amanecer a mendigar su sustento despertando la generosidad de las gentes.

Un monje, joven y fuerte, reconocido por la sencillez de su vida y por su generosidad en todo momento, salió con su cuenco a practicar la caridad de dejarse querer y regalar.

En su camino encontró a un terrateniente que golpeaba sin piedad a uno de sus sirvientes. El monje, conmovido por la compasión, acudió corriendo para interceder ante el amo por aquel hombre que yacía envuelto en sangre y lodo. El terrateniente se revolvió lleno de ira y la emprendió a golpes contra aquel joven insolente vestido tan pobremente. Como el monje quería proteger al servidor herido se echó sobre su cuerpo y lo protegió moviéndose sobre el herido para recibir sobre su cuerpo los furiosos golpes hasta que el colérico patrón lo dejó medio muerto.

Al cabo de un tiempo, pasaron por allí los monjes que regresaban. Recogieron sus cuerpos y los llevaron al monasterio. Los lavaron y cuidaron sus heridas hasta que pudieron reanimarse.

Cada herido reposaba en el regazo de un monje que le ayudaba con cariño. El sirviente apaleado abrió los ojos creyendo que ya estaba muerto porque lo que le sucedía sólo podría ocurrir en otro mundo. Por sus mejillas resbalaban lágrimas que superaban cualquier palabra.

Cuando el monje herido se reanimó, su enfermero le ofreció leche con miel y le preguntó:

– Hermano, ¿me reconoces?

– Claro que sí, hermano –respondió con una dolorida sonrisa-Aquél que me golpeó me está cuidando ahora y me alimenta con leche dulce.

Sobre el autor

Jordi Sierra Marquez

Comunicador y periodista 2.0 - Experto en #MarketingDigital y #MarcaPersonal / Licenciado en periodismo por la UCM y con un master en comunicación multimedia.