Enfoques cooperativos; Hoy: Monografía académica: Pensar en la cooperación emprendedora como intervención socioeducativa.
“Desde la ruralidad y el Programa Nacional Educación Solidaria”.
Por José Yorg, el cooperario.
“Afrontar, hoy, la situación de exclusión, incertidumbre, vulnerabilidad y alto riesgo que viven amplios sectores de la población —especialmente niños, mujeres, discapacitados y personas adultas mayores— requiere de propuestas educativas orientadas hacia la construcción y realización de lo humano, como opción pedagógica, donde la tarea sea formar sujetos con actitudes y aptitudes encaminadas a la transformación, la participación y esperanza, así como a desarrollar un alto potencial creativo y solidario” : Ghiso, A. M. y Salazar, Y. M. (2011)
Nuestro estudio en el curso Postitulo de la Especialización Docente de Nivel Superior en Políticas y Programas Socioeducativos, creada por Resolución N°1975/14 del Ministerio de Educación de la Nación Argentina, con la Validez Nacional otorgada por Resolución Ministerial N° 3133/15, ha rendido su fruto más justiciero: La aprobación de la Monografía Final, trabajo que implica “Pensar en la cooperación emprendedora como Intervención Socioeducativa.
¿Qué son las políticas socioeducativas?
Nos ilustra la Dirección Nacional de Políticas Socioeducativas que “se propone promover políticas para la inclusión, igualdad y calidad educativa en los términos expresados en la Ley de Educación Nacional N° 26.206. Se trata de programas y proyectos que apuntan al fortalecimiento
de las trayectorias educativas de niños, niñas y jóvenes en contextos socioeconómicos vulnerables a través de la asignación de los recursos necesarios que contribuyan a la igualdad de oportunidades, a la ampliación de los universos culturales y a una educación de calidad”.
Visibilizar y posesionar al cooperativismo escolar en la línea política socioeducativa.
Revisamos en nuestro trabajo las problemáticas del educando y educador en el contexto rural de manera juiciosa, pues seguimos el enfoque de indagación de los parámetros académicos, e incluimos la estrategia pedagógica cooperativa, ello significa que propusimos acciones específicas para atender las
carestías de conocimientos, y que de tal manera posibiliten romper las condiciones de vulnerabilidad socio-educativas en que viven.
Juzgamos que la aprobación del trabajo monográfico no es en modo alguno un dato menor, por el contrario, significa la admisión de una postulación que posibilita el avance del cooperativismo escolar en áreas educativas oficiales muy significativas, específicamente en espacios muy sensibles de intervención, desde el punto de vista de inclusión educativa, ampliación cultural, trayectorias educativas y escolares y calidad educativa y ello sobrelleva visibilizar y posesionar al cooperativismo escolar en la línea política socioeducativa argentina.
Estimamos que también esto alcanza alta
significación para el movimiento educacional cooperativo escolar argentino y Latinoamericano, porque postular académicamente a la cooperación emprendedora como Intervención Socioeducativa- basadas en sólidas alegaciones volcadas en la Monografía de rigor, y luego aprobada, es una conquista noble y correcta.
Por consiguiente, ahora nos disponemos a dar la Defensa del trabajo en un Coloquio Final presencial.
En el trabajo-entre muchas- ponemos en valor nuestra propia historia, de los éxitos y fracasos pedagógicos en las aulas formoseñas, fundamentalmente de aquello que se hizo posible a partir de la creación del Programa de Educación y Desarrollo Cooperativo Escolar-ProDeCoop-Escolar y posteriormente del ProDeCoop-Universitario en una interrelación integral.
Proponemos-por exigencia del curso-la intervención del cooperativismo escolar dentro de dos Programas en ejecución: Educación Rural y Programa de Educación Solidaria por considerarlas compatibles y complementarias entre sí.
Exponemos con toda crudeza el hecho de que el educador rural-en la generalidad- no está interpuesto de conocimientos sobre la ciencia económica y política que le permitan evaluar los orígenes de la situación desventajosa en que se encuentran las familias campesinas de sus educandos. No está en condiciones de develar que la economía campesina no es un tipo de producción capitalista porque es una economía de subsistencia que ocupa fuerza de trabajo familiar, pero que, sin embargo, enfrenta contradicciones al estar inserto en mercados capitalistas.
Tal problema retórico nos llevaron a preguntarnos: ¿Posee la educación común respuesta para superar la situación de perpetua inferioridad organizativa y económica-social, proveniente, precisamente, del modo de producción individualista de las familias campesinas?. No.
El educador argentino no recibe estos saberes en los Institutos de Formación Docentes, puesto que el Cooperativismo no forma parte de la Currícula, mal podrían entonces, recurrir a esos saberes para alentar a sus alumnos en la teoría y práctica de la solidaridad cooperativa.
Porque consciente o inconscientemente, como nos indica Cáceres Mendoza, el maestro rural introduce comportamientos citadinos en los educandos, despertando falsas expectativas hacia los centros urbanos, desplazando hacia ellos los mejores recursos humanos del campo, para que vayan a engrosar esa enorme masa de desocupados, mano de obra no calificada, u ocupación disfrazada que caracteriza a nuestros países latinoamericanos.
El Cooperativismo Educacional posee los atributos pedagógicos y didácticos mediante los cuales el proceso de enseñanza aprendizaje puede transformar percepciones, actitudes y valores que conmuevan la relación de producción individualista del campesinado, llevándolo a un estadio superior: la producción cooperativa.
¡En la fraternidad, un abrazo cooperativo!