El ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, acaba de añadir un colectivo más a la larga lista de personas y entidades que, según él, no cumplen como debieran con sus compromisos fiscales ante la Hacienda Pública. Los primeros fueron los actores, a estos les siguieron los diputados, después le tocó el turno a los tertulianos y últimamente ha señalado a los medios de comunicación. Ha sido esta última “insinuación” la que más revuelo ha promovido y es que con estas manifestaciones del ministro ya llueve sobre mojado. El ministro dirá lo que quiera con respecto a la ligereza de su lengua, pero los españoles, que tontos no somos aunque así lo crean en el Gobierno y en el Partido Popular, tenemos muy claro que lo que hace Montoro no es más que un “aviso para navegantes” con el único fin de amedrentar en un intento por acallar voces críticas. Está claro que nos encontramos ante un ejercicio más de prepotencia de los que muy frecuentemente suele aplicar este Gobierno.
Todo ello no son más que veladas amenazas que por cierto el ministro no se atreve a hacer ante los grandes defraudadores, no, a estos los amnistía o les rebaja la sanción previa destitución del inspector o subinspector de la Agencia Tributaria que haya aplicado el correctivo y desestimado el recurso presentado por el sancionado. Lo que debe hacer Montoro es publicar los nombres de todos los que se acogieron a la amnistía fiscal pues no creo que exista inconveniente alguno ya que ellos mismos han confesado su fraude. Otra de las cosas que debe hacer Montoro es ordenar que su partido sea debidamente inspeccionado ya que es muy posible que al igual que ha salido a la luz pública el que se pagara en dinero negro y por tanto sin IVA, al arquitecto que efectuó las trabajos de reforma en su sede nacional haya muchas cosas más, ya que esto se añade a lo que los papeles de Bárcenas señalan como supuestos cobros de sobresueldos en dinero negro a muchos de sus cargos tanto públicos como orgánicos, entre los que parece ser se encuentra el propio ministro de Hacienda.
Yo creo que alguien debería llamar al orden a Montoro, no se puede ir por ahí intentando “acojonar” a todo aquel que critica su forma de hacer, máxime cuando ha mentido en reiteradas ocasiones a los españoles, asegurando que no habría subida de impuestos y luego ha resultado ser todo lo contrario. No creo que esto lo niegue el ministro de Hacienda a no ser que crea que los demás somos tontos. En cualquier caso al ministro le están aplicando calificativos a cuál de ellos más duro. Hay quien ha llegado a la conclusión de que la actitud de Montoro es pura chulería, algo en lo que no estoy de acuerdo puesto que hasta para ser un chulo hace falta tener clase y no creo que esta premisa sea una de las virtudes que adornan a este ministro. Yo más bien le veo como un histriónico del humor.