¿Para cuándo un día mundial contra el cáncer de próstata?
Desde hace ya algunos años, desde que conocí la existencia de “MOVEMBER”, organización internacional que entre otros objetivos tiene el de recaudar fondos para dedicar a la investigación sobre el cáncer de próstata y el cáncer testicular; año tras año reescribo y publico el mismo artículo que, ahí va nuevamente, para que se sepa.
Entre los muchos embustes que los “grupos feministas de género” suelen divulgar –como un dogma de fe- está el de que las mujeres están “sojuzgadas, oprimidas, marginadas…”, que en algún momento de la Historia de la Humanidad se produjo una conspiración de lo que llaman “el patriarcado masculino, heterosexual e imperialista” contra ellas (algunas de sus “intelectuales”, como Marija Gimbutas, la ubican en el periodo del Neolítico).
El movimiento feminista tal como hoy lo conocemos es básicamente un “fraude”. El actual discurso feminista es un cúmulo de falsedades, de insensateces, e incluso habría que hablar simple y llanamente de charlatanería, como en el caso de la astrología u otras seudociencias.
La consigna feminista de que la “mujer española, europea, occidental” es una “víctima” impotente es una idea absolutamente absurda, que se ha ido imponiendo con machaconería, acabando por instalarse como un axioma que nadie se atreve a cuestionar. Por ejemplo:
Las mujeres españolas viven, en general siete años más que los hombres. Controlan de “facto” más del 80% de las rentas familiares y son ya más del 55% en la universidad.
Pero, vamos a centrarnos de manera especial en uno de los múltiples asuntos en los que las “asociaciones de mujeres”, el lobby feminazi también nos engaña:
Dos de cada tres euros que gasta el Sistema Nacional de Salud, van destinados a las mujeres; e incluso, sin tener en cuenta los cuidados relacionados con la maternidad, las mujeres reciben más atenciones que los hombres. A pesar de ello las feministas siguen gritando que la salud de las mujeres está “descuidada”.
Dicen que las comparaciones son odiosas, pues aunque sea a riesgo de ser odiado permítaseme que compare. Vaya por delante mi aplauso a las campañas que se vienen emprendiendo por parte de las autoridades sanitarias y de bienestar social para convencer a las mujeres para que pasen por los servicios médicos y se les efectúen mamografías. Es maravilloso que se emprendan acciones de este tipo, encaminadas a la detección precoz del cáncer de mama, enfermedad típica de las mujeres y causa desafortunadamente de un enorme número de muertes, generalmente por no ser tratados a tiempo.
Pues como decía al principio: voy a comparar. Lo primero que se me ocurre preguntar es ¿por qué no se le dedica apenas atención, o ninguna, al cáncer más frecuente entre los varones?
E insisto, a riesgo de ser malinterpretado, ¿no ha llegado ya el momento de orientar también esfuerzos, recursos, atenciones a otros miembros de la comunidad además de a las mujeres? No digo que se las desatienda, nada más lejos de mis intenciones. Pero es que con tanta “discriminación positiva” (ninguna discriminación puede ser positiva, habría que hablar de trato de favor o atención preferente) acaba habiendo sectores de la sociedad, que también son vulnerables y qué sí están clara y escandalosamente desatendidos. Por poner un ejemplo, los varones.
El cáncer prostático es el tumor más frecuente en los países occidentales y la segunda causa de muerte por cáncer en la población masculina después del de pulmón.
Una de las principales causas de esa mortandad es la poca cultura médica existente entre los varones, además está la gran similitud de síntomas con los de otras enfermedades. Por ese motivo suele diagnosticarse demasiado tarde, cuando el tumor está demasiado avanzado.
La detección precoz es imprescindible si se pretende conseguir un mayor número de curaciones.
Suele darse un caso entre cada mil varones, y por lo general entre hombres de más de cincuenta años.
La próstata es una glándula sexual masculina cuya función es la producción del líquido seminal. Se encuentra situada encima del recto y por debajo de la vejiga, rodeando a la uretra en el punto en que esta se conecta con la vejiga.
El diagnóstico del cáncer de próstata es también dificultoso porque sus síntomas pueden tardar años en aparecer, motivo por el cual es imprescindible procurar localizarlo en su primera fase.
Respecto de realizar diagnósticos a tiempo, como ya se ha indicado con anterioridad, existe un factor especialmente determinante: la falta de “cultura médica” entre los varones, algo que es perfectamente corregible tal como se ha hecho con las mujeres respecto de la prevención del cáncer de mama y otras afecciones típicamente femeninas. Es imprescindible que las autoridades sanitarias emprendan campañas de información-difusión que inviten a los hombres mayores de cincuenta años a que se sometan a revisiones urológicas con frecuencia, es la única forma de que los afectados sean detectados a tiempo y por lo tanto curados.
En cuanto a los “factores de riesgo”, es importante señalar que aunque todavía no esté suficientemente estudiado y corroborado, sí hay indicios de que quienes tienen antecedentes familiares son más proclives a contraer la enfermedad.
Otro factor desencadenante es el tener una dieta especialmente rica en grasas. Hay ya estudios demostrativos de que la dieta de los países como EEUU favorece la aparición del cáncer de próstata, frente a dietas como la mediterránea en donde está menos presente.
Es preciso insistir en la detección precoz, pues afortunadamente ya existen tratamientos que ofrecen enormes posibilidades de curación a los enfermos, eso sí, siempre y cuando se haga un diagnóstico a tiempo.
Estamos hablando de cuestiones especialmente importantes: el que los varones disfruten de una vida de suficiente calidad, para lo cual es necesario que puedan llevar una aceptable vida sexual y que puedan orinar sin dificultad.
Comenzaba mi escrito reclamando-preguntando acerca de un día mundial contra el cáncer de próstata, posiblemente sea también necesario, pero de lo que no cabe duda es de que es imprescindible destinar recursos, esfuerzos, campañas para que los varones acudan a los servicios médicos, por aquello tan manido de “más vale prevenir…”
(Cada año, durante el mes de noviembre, el movimiento internacional Movember pide a los hombres de todo el mundo que se dejen crecer el bigote con el objetivo de recaudar fondos y aumentar la concienciación sobre la salud de los varones. Los ‘bigotes Movember’ crecieron por primera vez en Australia en 2003 y, desde entonces, Movember y sus mensajes sobre la salud del hombre se han extendido por todo el mundo. Actualmente, Movember lleva a cabo campañas oficiales en Australia, Nueva Zelanda, Reino Unido, Irlanda, EE.UU., Canadá, Sudáfrica, Finlandia, Países Bajos, Dinamarca, Noruega, Bélgica, República Checa, España, Hong Kong, Singapur, Francia, Alemania, Suecia, Suiza y Austria. Además, el apoyo y participación de Mo Bros y Mo Sistas de todo el mundo han jugado un papel fundamental en el crecimiento de Movember).