por Josep Maria Antentas y Esther Vivas
Han pasado ya casi cuatro semanas. Cuatro semanas que han cambiado el paisaje polÃtico social del conjunto del Estado español con la irrupción de un movimiento que nadie esperaba y que tiene en su haber las victorias polÃticas frente a la Junta Electoral primero y frente al intento de desalojo en Barcelona después. Y, sobretodo, el haber puesto fin a la pasividad resignada ante los ataques contra los derechos sociales.
Tras intensos dÃas de activismo, el cansancio y al agotamiento hacen mella en las acampadas. Las dificultades de gestión de muchas de ellas son también notorias. El tiempo de las acampadas se agota.
Acampadas y ocupaciones de plazas no son un fin en sà mismas. Han actuado simultáneamente como referente simbólico y base de operaciones, de palanca para propulsar movilizaciones futuras, y de altavoz para amplificar las presentes. Levantarse todavÃa desde una posición de fuerza, marcando los tempos, y no entrar en un espiral de declive, como el que ya se asoma en los últimos dÃas, es el paso a dar ahora. Y el que están tomando ya, con dificultades, muchas acampadas.
El reto es saber gestionar el éxito, pasar a una siguiente fase y utilizar la energÃa y empuje de las acampadas para seguir avanzando. De las acampadas y ocupaciones de plazas sale un calendario de movilizaciones inmediato, que deberÃa servir para, simultáneamente, culminar con éxito la fase abierta el 15M y marcar la entrada en la siguiente, y empezar a desplazar el centro de gravedad del movimiento.
Primero, están las movilizaciones acontecidas este sábado 11 de junio en muchas localidades ante la constitución de los nuevos ayuntamientos, en la lÃnea de la concentración, duramente reprimida, ante las Cortes valencianas el pasado dÃa 9 durante la sesión de inicio de la legislatura y la investidura del nuevo gobierno autonómico derechista.
En segundo lugar, las movilizaciones ante las sedes de varias instituciones contra las polÃticas de recortes sociales, en la estela de las concentraciones del paso 8 de junio ante el Congreso de los Diputados en Madrid contra la reforma de la negociación colectiva y el viernes 10 ante la sede del Ministerio de Trabajo. Entre las convocatorias previstas, la del 14 y 15 de junio ante el Parlament de Catalunya para organizar una acampada, concentración y bloqueo del Parlament reviste de una importancia especial. Una buena movilización el dÃa en que el pleno del Parlament empieza a discutir los presupuestos puede ser un momento clave en las luchas contra los recortes sociales que desde hace meses han protagonizado en Catalunya, sobretodo, el sector de la sanidad y, también, educación. Y una referencia para futuras movilizaciones en otras comunidades autónomas, cuando éstas empiecen también a anunciar medidas de recorte a partir del próximo otoño.
En tercer lugar, es necesario preparar la jornada de manifestaciones del 19 de junio (19J) en todo el Estado español, cuyo lema genérico propuesto desde la acampada de Barcelona es “La calle es nuestra. No pagaremos su crisisâ€, que deberÃa servir para traducir en movilización en la calle las simpatÃas que han despertado las acampadas y ocupaciones y reforzar la dimensión de masas del movimiento. El reto del 19J es poder mostrar la ampliación polÃtica y social del movimiento respecto a la jornada del 15 de mayo.
Más allá de las movilizaciones inmediatas para la próxima semana, hay que ir fijando una hoja de ruta para la siguiente etapa. Es necesario también poder dibujar un listado de reivindicaciones básicas que combinen un discurso general de crÃtica al actual modelo económico y a la clase polÃtica, siguiendo el espÃritu del lema de la jornada del 15M “No somos mercancÃas en manos de polÃticos y de banquerosâ€, con propuestas concretas. A falta de una tabla reivindicativa común de todas las acampadas, la de Barcelona parece la más consistente polÃticamente y es un buen punto de referencia reivindicativo para el futuro.
En este nuevo periodo no se puede perder la referencialidad simbólica que han conseguido las acampadas y ocupaciones. Mantener estos sÃmbolos, a modo de memoria y de elemento de continuidad es importante. De ahà que muchas acampadas, al decidir levantarse, estén acordando mantener una pequeña infraestructura en las plazas (puntos de información…) y la convocatoria de asambleas regulares.
Las sendas por las que transcurrir en los próximos meses parecen claras. Primero, reforzar el arraigo territorial del movimiento, potenciar las asambleas locales y establecer mecanismos de coordinación estables. Habrá que buscar formas para combinar arraigo local y actividades unificadoras, sin caer en una dispersión de objetivos. La propuesta de consulta social que están esbozando algunos de las y los activistas de Pl. Catalunya puede permitir, junto a otras iniciativas, este objetivo. Segundo, buscar lazos con la clase trabajadora, los sectores en lucha y el sindicalismo combativo, y mantener asà la presión sobre los sindicatos mayoritarios, desconcertados por un cambio en el panorama polÃtico y social que no preveÃan. El reto es trasladar la indignación a los centros de trabajo, donde todavÃa predomina el miedo y la resignación. Tercero, preparar la jornada del 15 de octubre, como fecha unificadora de movilización, buscando además convertirla en una dÃa de acción global y en un momento decisivo para la internacionalización del movimiento. Cuarto, combinar el desarrollo de un movimiento generalista, el “movimiento de l@s indignad@sâ€, que hace una crÃtica de conjunto al actual modelo polÃtico y económico y su articulación con las luchas concretas contra los recortes sociales y las polÃticas que buscan transferir el coste de la crisis a l@s trabajador@s.
Una etapa termina y empieza otra. Sin habernos dado cuenta, tenemos entre manos un movimiento cuyas potencialidades estamos justo empezando a descubrir.
*Josep Maria Antentas es profesor de sociologÃa en la Universitat Autònoma de Barcelona (UAB) y Esther Vivas forma parte del Centro de Estudios sobre Movimientos Sociales en la Universitat Pompeu Fabra (UPF). Ambos son autores de Resistencias Globales. De Seattle a la Crisis de Wall Street (Editorial Popular, 2009) y participantes en la acampada de Pl. Catalunya.