Sociopolítica

Nada nuevo

Juan Antonio Llorente era un clérigo y escritor nacido en la riojana Calahorra en 1756, que vivió  aquella época convulsa de la  España del reinado de Fernando VII. Como tantos españoles ilustres, como su protector Jovellanos, tuvo una existencia complicada, ocupó puestos importantes y sufrió el destierro acusado de afrancesado. Menéndez Pelayo en su “Historia de los heterodoxos españoles” traza un vitriólico y parcial, pero no exento de gracia, retrato de este clérigo, al que llama “canonista aúlico” del rey José Bonaparte y lo acusa de irregularidades económicas. Se le recuerda  sobre todo por sus “Anales sobre la Inquisición española”. Entre los curiosos encargos que realizó, en  1791 se le encomienda la tarea  de cobrar al clero un subsidio que  se pagaba al Rey para sufragar los  gastos de la guerra con Francia. 

 

Llorente (lo cuenta en su  interesante “Autobiografía”) llega a Vizcaya y se encuentra con que el clero vizcaíno no quiere pagar argumentando que (copio al propio escritor) «la provincia del señorío de  Vizcaya no debía pagar porque  era libre de toda contribución en  virtud de sus Fueros, los cuales  decían ser efecto de un pacto  hecho entre los vizcaínos y su antiguo primer señor, del cual  afirmaban haber recibido el señorío  por cesión voluntaria de ellos  cuando eran república libre, soberana e independiente».  

 

Llorente se queda asombrado ante argumento y afirma, como historiador que era, que «jamás  había sido Vizcaya república soberana (…) porque siempre  había sido provincia de un reino  (Asturias, León, Navarra, por fin Castilla) y que, por consiguiente,  los Fueros de Vizcaya no habían  sido ni podido ser pactos ni contratos con su primer señor, sino  solo privilegios concedidos por los reyes». El señorío de Vizcaya, no era un cargo soberano, sino  que «había salido de la corona  como uno de tantos solariegos de España, con subordinación al Monarca».  

 

No sabemos si al final  pagaron o no los morosos clérigos vizcaínos, pero es seguro que sus argumentos eran los mismos que sus  continuadores, los nacionalistas. Parece que las palabras del  bueno de Llorente no fueron escritas hace casi dos siglos, sino  que están cogidas de cualquier periódico de ayer. El mismo debate,  las mismas falsedades históricas, los mismos mitos. Nada nuevo bajo el sol.

 

 

 

 

 

Sobre el Autor

Jordi Sierra Marquez

Comunicador y periodista 2.0 - Experto en #MarketingDigital y #MarcaPersonal / Licenciado en periodismo por la UCM y con un master en comunicación multimedia.