Pase lo que pase en estas primarias del domingo 9 de marzo, ya nada volverá a ser igual.
En Francia se inició el proceso de apertura a la sociedad civil gracias al documento de los 500 viejos militantes entregado a Martine Aubry, un documento en el que se escenificaba la renovación del socialismo democrático. Ya no podía hacerse esperar más. Prácticamente se impuso por dos razones:
- en primer lugar, la sociedad francesa, al igual que las de todas las demás grandes naciones industrializadas, se estaba convirtiendo, más y más, en una sociedad de servicios en la cual, los asalariados dependientes representaban la gran mayoría de la población (más del 80%). Dentro de este grupo – que trasciende el concepto tradicional de clase, llegan a dominar aquellos que pertenecen a las «nuevas clases medias” (en la actualidad desaparecidas en España).
- y en segundo, el nacimiento de una clase desamparada (que crece por el despilfarro en la gestión de 20 años de gobierno del PP en la Comunidad Valenciana y la enorme corrupción que se descubre cada día con mayor astucia y virulencia gastando en financiación irregular el dinero de los contribuyentes).
En las redes sociales de la Comunidad Valenciana, desde hace 5 años, un grupo creciente de militantes y simpatizantes del PSPV-PSOE llegaron a los dos últimos Congresos y llevaron sus reivindicaciones hasta el Congreso de Sevilla:
- Primarias abiertas sin avales para todos los cargos públicos
- Listas abiertas
- Y 1 militante 1 voto, para los cargos orgánicos
Hoy día se ha conseguido una mínima parte de sus reivindicaciones. Y reconocen que ese pequeño logro ha sido gracias a que un joven economista, Toni Gaspar Ramos, ha tenido la valentía de lanzarse a las calles, mercados, plazas y agrupaciones, haciendo miles de kilómetros para recoger los avales necesarios. Si no, el comité y la ejecutiva habrían nombrado a su secretario general y no se hubiese conseguido el éxito de las 68 mil simpatizantes dispuestos a votar en las primarias por su deseo de democracia.
Pero nada volverá a ser igual, a pesar de que no se han regulado las Primarias para candidatos a las Alcaldías, nadie impide que salgan jóvenes valientes, militantes que llevan años trabajando en grupos sociales sin pedirle nada a su Partido, que recojan los avales necesarios y se consiga esa apertura tan necesaria que obligue a quienes llevan años perdiendo elecciones a dar un paso atrás para ceder su puesto a algún ganador.