Sociopolítica

NEGROS, BLANCOS, AMARILLOS Y OTROS

Lo que se ha venido en denominar «diversidad» en la Naturaleza, es enormemente complicado, puesto que no es sólo en los colores de piel de los seres humanos; que en realidad son pocos; si bien y como en todo, «no existen dos seres humanos iguales, ni aún englobando todos los colores y etnias»; como tampoco existen dos hojas iguales en cualquier árbol o arbusto que se examinase… «son esos misterios de la Creación, que se gozó en crear piezas únicas y que supongo llega hasta cualquier unidad que pueda analizar el hombre hoy en día».

Blanco, negro, amarillo, cobrizo o aceitunado… creo recordar que así se definían las cinco razas que habitamos el mundo, al menos eso creo recordar que decía aquella vieja y entrañable «enciclopedia» reducida que era «la Álvarez»; y que a tantos nos enseñó las bases para luego aprender mucho más.

Para mí, el ser humano es uno y de igual categoría, puesto que no puede haber otra clasificación, que ya se la dio quién nos clasificó así… «seres humanos»; por tanto acepto esa igualdad y no doy superioridad a ningún color; sí al individuo como tal y según su comportamiento y que lo clasifique en el lugar que merece, con arreglo a las leyes humanas más avanzadas.

No hay, por tanto que menospreciar a nadie por el simple color de la piel… recordemos que incluso en los más admirables felinos hay colores, entre ellos destaquemos al león y al tigre, incluso a las panteras. Del primero los hay «blancos», del segundo los hay igualmente blancos; y de las panteras, recordemos que las hay negras… Y todos en sus características como especie, son iguales en sus formas de vivir.

Pero y por cuanto (supongo) fue la raza más esclavizada (todas lo han sido a lo largo de la triste historia del hombre) al negro africano (hay negros en otros continentes); se le asignó la denominación de su propio color, como un insulto o desprecio de su condición y ello hay que erradicarlo, puesto que si a nosotros como blancos no nos denigra el que nos denominen «blanco»; de la misma forma al negro debe considerar y nosotros con él; que si se le denomina «negro», no tiene mayor importancia y menos ahora donde ya y en muchos lugares, conviven o tratan de hacerlo… casi todas las razas que habitan el mundo; por lo que hay que tratar de civilizadamente, convivir con el respeto mutuo que nos merecemos unos a los otros; ello evitaría muchos enfrentamientos que a nada bueno conducen y que por el contrario van creando… «heridas de larga duración».

Lo que digo para los negros, lo hago extensivo a todos los demás, sean del lugar que sean; entendiendo con ello que ellos tienen que proceder con el respeto e integración que deben, al lugar donde se encuentren y al que llegaron por sus propios intereses, puesto que hoy no se obliga a nadie a ir donde no quiere y por tanto el lugar de acogida, debe ser respetado aceptando las leyes que rijan a los nativos del mismo.

Sobre el color de la piel; existe un «anónimo africano» que afirma lo que sigue.

«Cuando nazco, soy negro. Cuando crezco, soy negro. Cuando tomo el sol, soy negro. Cuando me asusto, soy negro. Cuando tengo frío, soy negro. Y cuando muera, seguiré negro. En cambio tú, amigo, cuando naces, eres rosa. Cuando creces, blanco. Cuando tomas el sol, te pones rojo. Cuando tienes frío, azul. Cuando te asustas, amarillo. Cuando enfermas, estás verde. Y cuando mueras, te pondrás gris. ¿Y me llamas a mí «de color»?».

Considero que el negro que supo realizar ese «anónimo», era bastante inteligente y con esa inteligencia, dijo al blanco muchísimas cosas que debemos tener en cuenta.

Sobre el Autor

Jordi Sierra Marquez

Comunicador y periodista 2.0 - Experto en #MarketingDigital y #MarcaPersonal / Licenciado en periodismo por la UCM y con un master en comunicación multimedia.