¿Profesión o vocación?
Cuando la situación actual le hace a uno dudar hasta de… “la propia sombra”; surge la gran noticia, de que aún existen verdaderos seres humanos y que elevan la palabra hombre, al grado en que le hace a uno, volver a creer en ello; y le llena al propio tiempo de nuevas fuerzas y esperanzas, para proseguir en la siempre incierta senda.
También en lo que hoy me refiero, luce con brillantez la palabra que define al periodista o comunicador que sabe buscar la noticia y sabe darle toda la fuerza que su contenido transmite a aquel que la lea y por bruto que pueda ser. Veamos.
Imaginemos a un doctor (cirujano) ya en la mesa de operaciones (operando) y que es interrumpido, para comunicarle algo ajeno a lo que se dirime en aquella sala… pero le tienen que comunicar que su padre acaba de ser ingresado en el mismo hospital… el cirujano se da por enterado pero sigue operando; no deja el bisturí ni se lo cede a su más preparado ayudante; él es consciente que la vida que tiene en sus manos es él, el más preparado para que siga adelante… sigue la operación; el estómago del paciente está abierto y hay que seguir… sigue la operación… pasa el tiempo y hay una nueva interrupción… “doctor, su padre (que también es médico) acaba de morir”… sigue aquel hombre (no encuentro mejor calificativo) operando y diciendo… “El señor que está encima de la mesa no tiene ninguna culpa de que mi padre haya muerto”… su padre le había inculcado que… “Lo primero y lo último siempre es el paciente”. Imagine el que tenga capacidad para ello, todo este drama y la reacción del que lo protagoniza; el autodominio de ese ser y la capacidad que ha de tener. No hay que decir que es una figura mundial, que honra a esa “vocación” (que no profesión, puesto que un verdadero médico no puede ser profesional); que es Español; y que su nombre es: Don Enrique Moreno González, 71 años, es Premio Príncipe de Asturias, doctor honoris causa por más de veinte universidades, único europeo que ha accedido al cargo de governor de la Sociedad Americana de Cirujanos y una eminencia en aparato digestivo y trasplante hepático; imaginemos igualmente su grandioso historial.
Pues bien este hombre… “acaba de ser denunciado por la familia de Enrique Morente. El cantaor era uno de sus pacientes. Falleció a las 16.40 horas del pasado lunes 13 de diciembre. En la denuncia acusan al doctor y su equipo de negligencia médica por el funesto desenlace de la operación”. No me extiendo más, pero ruego lean entero el magnífico artículo que yo he leído y el que igualmente honra a un periodista (más que profesional: Nacho Carrero) y es por lo que les dejo la dirección, puesto que debe ser leída, copiada y difundida lo más posible; los hechos así lo merecen: http://www.elconfidencial.com/caza-mayor/enrique-moreno-cirujano-enrique-morente-20101219-6773.html
En cuanto a la demanda… «algún buitre habrá, que ha olido gran carroña en forma de indemnizaciones dinerarias y va a por el dinero que pueda sacar»; sin entretenerse en averiguar primero, quién fue el médico y su enorme carrera… puesto que de haberlo averiguado, tendría que ser MUY CANALLA Y MISERABLE; para iniciar un proceso así, vaya mi total desprecio a tal o tales buitres.
Hace tiempo y quizá ya entrando en la vejez, reconocí que cuesta lo mismo pensar bien que pensar mal; sin embargo, en general y al parecer, predomina todo lo contrario; de ahí tantos errores, tantos tropiezos y tanta injusticia como anda suelta por el mundo, puesto que “soltado el mal pensamiento” y convertido en palabra; no falta quienes lo difunden, sino lo que es mucho peor, quienes lo acrecientan con un placer malsano y por tanto aún más destructivo, que el primero.
En relación a los médicos y otros sanitarios y sea de la categoría que sea; pienso sinceramente que cuando tienen ante sí un enfermo, su principal deseo es aliviarle en todo cuanto puedan, curarlo o salvarle la vida; puesto que entiendo que esos profesionales (no digamos si son vocacionales) lo primero que han de ver y verán, es que ante ellos tienen un ser humano y sea de la condición social que sea… “enfermos o desnudos creo que poco variaremos unos de otros”.
¿Qué hay algún o algunos “bichos” sueltos?… ¿En que rebaño falta la oveja negra o descarriada, amargada, atormentada, o vete a saber? También ello es humano y tenemos que asumirlo buscando la máxima comprensión.
Antonio García Fuentes
(Escritor y filósofo)
www.jaen.ciudad.org (allí más)