Los Reyes Magos existen, yo los he visto.
Cuando se busca algo y se tiene alguna idea de lo que se espera encontrar, todo lo que no se ajuste a esa idea preconcebida, no sirve. Según la Biblia, eso fue lo que pasó con la venida del MesÃas. Los judÃos esperaban a alguien con vestidos esplendorosos, montado en una nube , con riquezas, sirvientes… Y cuando oyeron a Jesús decir que era el hijo de Dios, no le creyeron. ¿Cómo podÃa ser que el hijo de un pobre carpintero fuera el MesÃas? Era inaudito.
Como decÃa, yo he visto a los Reyes Magos y no es difÃcil verlos. Solo es necesario cambiar los ojos. Me explico: si yo pensara que el hombre es malo y alguien me convenciera de lo contrario, en ese momento, esa persona se convertirÃa en uno de los tres Reyes Magos… porque no hay nada más mágico, ni más valioso que un pensamiento feliz. ¿Por qué? Porque un pensamiento feliz puede curar enfermedades. Porque un pensamiento feliz puede dar ánimos para seguir adelante con tu vida. Solo es necesario cambiar el «chip», o el disco duro como se dice ahora.
No es necesario mentir ni mentirse, tan solo es preciso saber la verdad. Como dice el libro que antes he mencionado, » la verdad nos hace libres». Ese es el regalo, nada más y nada menos. A veces está envuelto en aceptación, a veces en comprensión, a veces en sabidurÃa, otras veces en confianza…
La inocencia tiene todo eso y mucho más. No perdamos la inocencia pues.